La Carretilla
Esta mañana me levanté
temprano, tenía que entregar la cosecha en los puestos del mercado.
Cogí mi carretilla de mano y cargue los
productos del día. Tomates, Berenjenas, Calabacines, y pimientos. Fui para el
mercado e iba dejando los productos en cada puesto.
Cuando acabé, empecé dando
un rodeo mirando.
Los de ropa me atraen más. Claro que no son
ropas de calidad, pero el mirar no cuesta nada.
Me paré en uno que solo
vendían jerséis, y cogí uno de rallas anchas, rojas y negras en horizontal. De
pronto oigo unas voces que decían, suelta ese es horroroso. Al mirar para atrás
veo a mis hermanas, For, Bles y Mar. Y quitándome de las manos de un manotazo
deje la prenda en su sitio.
Estuvimos hablando un rato
y decidimos seguir juntas. Cogí mi
carretilla, y cuando empezaba a andar me pararon en seco, diciendo ¿Dónde vas
con eso? Yo estaba como asustada, no dejaban que fuera con ella. Así, tuve que
dejarla en uno de los puestos.
Seguimos buscando algo que nos gustase a las
tres, sí, sí. Había que pedir permiso para comprar algo. Y las demás dar el
visto bueno, si no, no se compra.
Recorrimos
el mercado y ya cansada de dar vueltas decidí marcharme para casa. Y al pasar
por el puesto de los jerséis volví a ver el de rallas ancha, cuando lo tuve en las manos, la tentación no me dejo
de soltarlo, pague y me fui contenta con la compra.
Al día siguiente nos juntaríamos para tomar
café. Contenta con mi compra decidí ponerme la prenda.
Cuando me vieron mis hermanas les daba algo.
No tenía intenciones de comprar dicha
prenda, llegando a casa la entré en una bolsa y la eche al contenedor de ropa
usada.
Hay que dejar que las personas se equivoquen
y no llevarlas siempre de la mano.
27-08-2013 Joaquina.
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