Como Presumía
Como presumía mí vecina
Cuando al encontrarnos en la escalera, después de una larga jornada de trabajo,
comentaba lo limpia que había quedado su casa.
Yo me tiraba fuera de la mía el tiempo de la
jornada laboral. O sea, ocho horas.
Mientras yo cumplía con mi jornada de trabajo, ella fregaba su casa, Que me
parece muy bien.
Lo que no me parecía bien
es que se tiraba en las escaleras hablando con todo el que pasaba, gran parte
de las horas. El aburrimiento de la soledad lo mataba hablando, y criticando a
todas las demás.
Pero lo suyo era criticar
a las amas de casa, con jornada doble, en casa y fuera de ella. Y no sé por
qué, porque cuando llega del trabajo el que queda por hacer no te lo había hecho nadie. Y por si fuera
poco las cenas también son nuestras. Que la verdad, no sé donde está escrito
eso. Pero en fin, las costumbres ancestrales, no vamos a cambiarla de un soplo.
Así me he tirado los
treinta años yendo y viniendo a cumplir la jornada laboral.
Ella solo veía las
ventajas de estar en casa, colocando y limpiando sobre limpio.
Cosa que avece envidiaba.
Como cambian los tiempos. Me sacrifique por
entrar un sueldo a casa, y hoy en la vejez tengo una nomina de por vida. Y la
casa la limpio igual que antes. Si cabe ahora teniendo más tiempo, sino tengo
ganas lo dejo para otro día.
Y mi vecina solo sabe
preguntar qué cuánto dinero percibo.
¿Creéis que se merece
saberlo?
La vida hay que aprovecharla y dejarse de
perder el tiempo en tonterías.
22-8-2013 Joaquina.
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