jueves, 29 de agosto de 2013

La Masa



La masa
Vomitando la masa gris la pluma ordena mis palabras. En las hojas que van cayendo del  otoño que ya… En esas hojas que del suelo coges, ordenando las ideas que salen de mi mente
 Amontonadas, hay que desenredar y darle un sentido dejando que cada cual haga y escriba lo que quiera.
Los escritos como las hojas de los árboles. Unas se pudrirán, otras serán aprovechadas para la historia. Y con ello se conservaran para recreo de la mente.
Mis pensamientos son solo míos por ello intento que quede alguno. Y en un futuro, uno de mis descendientes, los lea en el salón familiar. Recordando el pasado. Pasado de la abuela que le dieron la oportunidad, de ponerlo en  uno de los últimos peldaños de su vida.
Si en vez  de estar al final de la escalera. Eso es lo que me preocupa, todas las ideas que no he podido expresar. Las guardaré para la segunda vida. Os prometo que entonces empezaré. Como ahora claro, a los catorce años, pero sin las lagunas del presente.    
                                    29-08-2013    Joaquina.

miércoles, 28 de agosto de 2013

El Olivar





El Olivar
Es el recinto donde duermen un rebaño de ovejas.
Su espacio es grande. Allí duermen, pastan y se refugian del frio. Una vez al día llega su dueño y le lleva  algunos mendrugos de pan. Ellas lo agradecen yendo rápido a comer. Todas son participe del alimento nuevo, menos Dole. Cuando ella llega no dejan que se acerque al banquete, y cuando se dispersan se acerca y no le han  dejado ni las migas.
Dole se aleja,  sigue comiendo lo que encuentra en la tierra.
El olivar tiene las paredes de piedras, piedras llenas de moho ennegrecido con el paso del tiempo.
 En mitad de la pared, se encuentra un boquete, por donde salen  al campo contiguo. Salen en fila de una, en una. Y si se para la fila, esperan paciente que se despeje el camino.
Cuando llega las horas del calor buscan la sombra. Refugiándose en  la pared, poniéndose en filas de una. La pared es baja y el Sol cubre poco.
Lo curioso del rebaño, es que entre ellas hay una de color negro, Dole, es negra,  Dole sale  siempre la última. Y cuando están pastando nunca está acompañada, siempre sola. El resto del rebaño comparte hierbas. A Dole no dejan que se acerque, ella no tiene con quien compartir  las hierbas que encuentra.
Cuando se recogen siempre entra la última. Su soledad está con ella…
                                           28-08-2013    Joaquina.   

martes, 27 de agosto de 2013

La Carretilla





          La Carretilla
Esta mañana me levanté temprano, tenía que entregar la cosecha en los puestos del mercado.
 Cogí mi carretilla de mano y cargue los productos del día. Tomates, Berenjenas, Calabacines, y pimientos. Fui para el mercado e iba dejando los productos en cada puesto.
Cuando acabé, empecé dando un rodeo mirando.
 Los de ropa me atraen más. Claro que no son ropas de calidad, pero el mirar no cuesta nada.
Me paré en uno que solo vendían jerséis, y cogí uno de rallas anchas, rojas y negras en horizontal. De pronto oigo unas voces que decían, suelta ese es horroroso. Al mirar para atrás veo a mis hermanas, For, Bles y Mar. Y quitándome de las manos de un manotazo deje la prenda en su sitio.
Estuvimos hablando un rato y decidimos seguir  juntas. Cogí mi carretilla, y cuando empezaba a andar me pararon en seco, diciendo ¿Dónde vas con eso? Yo estaba como asustada, no dejaban que fuera con ella. Así, tuve que dejarla en uno de los puestos.
Seguimos buscando algo que nos gustase a las tres, sí, sí. Había que pedir permiso para comprar algo. Y las demás dar el visto bueno, si no, no se compra.
 Recorrimos el mercado y ya cansada de dar vueltas decidí marcharme para casa. Y al pasar por el puesto de los jerséis volví a ver el de rallas ancha, cuando  lo tuve en las manos, la tentación no me dejo de soltarlo, pague y me fui contenta con la compra.
Al día siguiente nos juntaríamos para tomar café. Contenta con mi compra decidí ponerme la prenda.
Cuando me vieron mis hermanas les daba algo.
No tenía intenciones de comprar dicha prenda, llegando a casa la entré en una bolsa y la eche al contenedor de ropa usada.
Hay que dejar que las personas se equivoquen y no llevarlas siempre de la mano.
                                                                   27-08-2013     Joaquina.

viernes, 23 de agosto de 2013

Como Presumía



Como Presumía

Como presumía mí vecina Cuando al encontrarnos en la escalera, después de una larga jornada de trabajo, comentaba lo limpia que había quedado su casa.
 Yo me tiraba fuera de la mía el tiempo de la jornada laboral. O sea,  ocho horas. Mientras yo cumplía con mi jornada de trabajo, ella fregaba su casa, Que me parece muy bien.
Lo que no me parecía bien es que se tiraba en las escaleras hablando con todo el que pasaba, gran parte de las horas. El aburrimiento de la soledad lo mataba hablando, y criticando a todas las demás.
Pero lo suyo era criticar a las amas de casa, con jornada doble, en casa y fuera de ella. Y no sé por qué, porque cuando llega del trabajo el que queda por hacer  no te lo había hecho nadie. Y por si fuera poco las cenas también son nuestras. Que la verdad, no sé donde está escrito eso. Pero en fin, las costumbres ancestrales, no vamos a cambiarla de un soplo.
Así me he tirado los treinta años yendo y viniendo a cumplir la jornada laboral.
Ella solo veía las ventajas de estar en casa, colocando y limpiando sobre limpio.
Cosa que avece envidiaba.
 Como cambian los tiempos. Me sacrifique por entrar un sueldo a casa, y hoy en la vejez tengo una nomina de por vida. Y la casa la limpio igual que antes. Si cabe ahora teniendo más tiempo, sino tengo ganas lo dejo para otro día.
Y mi vecina solo sabe preguntar qué cuánto dinero percibo.
¿Creéis que se merece saberlo?
 La vida hay que aprovecharla y dejarse de perder el tiempo en tonterías.
                            22-8-2013                   Joaquina.                  

miércoles, 21 de agosto de 2013

La Envidia



La envidia
La envidia genera odio entre ellos, nunca llegan a las manos, sus movimientos son torpes. En sus miradas se observa porque cada año lucen con mayor resplandor. La berenjena es la más odiada. Le sigue el tomate y aunque este es el rey de la cocina la berenjena le gana en belleza.
El tomate luce sus colores, verde y rojo, resaltando el rojo que es cuando más destaca. Sus trajes lo quisieran sus vecinos.
El calabacín por mucho que presume de tamaño, su color no sobresale como los otros. El pimiento tarda en aparecer por ello su aparición no preocupa. Los demás le han cogido la delantera.
La envidiada es la berenjena, siempre lleva puesto su sombrero, las hojas adornan su frente y el tallo la corona. Lo más admirado es su piel, piel tensa y su color lila fuerte y brillante. Desde cualquier rincón se contempla su hermosura. Su juventud la pasea por el huerto, cambiando el color de sus trajes. A rayas vertical lilas y blancas. Y lila fuete, cada lista en distinto tamaño.
El verano pasa y da paso al otoño. Ya  a los frutos se le habrá acabado la primavera.
Solo queda esperar el próximo verano, y que sus descendientes brillen más que ellos.
Mientras tanto el hortelano disfruta de su cosecha y contempla las delicias que le ofrece la Madre Naturaleza.  
                                              21-08-2013            Joaquina.