Pobre vejez allá
donde se encuentra sin apoyo ni cariño de los más queridos. Así se encuentran algunos
en las residencias de ancianos, y ¡ni que decir tiene!, que no todos los trabajadores
que están a su cuidado por el cariño a las personas frágiles e indefensas, ellos
que a demás de cuidado necesitan el cariño de los más cercanos.
Ahí trabaje una larga
temporada y vi en sus rostros la pena de muchos de ellos.
Algunos que con dinero
en el bolsillo montaban su vida de forma distinta; Estos eran muy pocos.
No sé cómo ha cambiado
tanto, ¡Por qué ahora escucho muchas críticas! El tiempo que trabajé en la allí
las comidas eran extraordinarias, ¡ya quisieran muchos!
¡Claro! Hoy se despelleja
a cualquiera por nada. A saber que comen ellos en sus casas, de eso es de lo que
se tienen que preocupar en alimentar a los suyos para una buena salud.
Buenas tardes amigos.
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