La Paca y la Juana
se encontraron camino del regato ellas iban a lavar los cuatro trapos que
usaban sus cuerpos. -¡Hola Paca, vamos a la tarea! ¡Hola Juana! Sí, vamos que
hoy viene lloviendo y los garbanzos están dándose coscorrones en el puchero,
-serán los tuyos los míos los pondré
cuando llegue. – ¿por qué no los has puesto? Calla, ayer fui a por ellos a casa
de la suegra y no veas la que me lió porque dice que comemos mucho di la media
vuelta y salí, ¡y fui tonta!, en realidad es la alacena de la familia.
La Pruden no se
acuerda de que la gente mayor come poco el único vicio que tienen es ahorrar
para cuando se mueran –no digas eso ellos ahorran por que antiguamente no se
tenía para el entierro y los enterraban en fosas comunes. Y a la hora de ir a
llevarles flores; en la misma sepultura estaba enterrado el más malo del pueblo
y las flores siempre las cogía él, por eso la Pruden quiere estar separada del
que tanto daño le hizo a su padre, ¡eso no lo va a consentir! Figúrate que
cuando te toque a ti, te entierran al lado del señor Genaro, ¡calla, no lo
menciones!, él fue el que mató a mi padre porque le robó un poco de harina para
dar de comer a la familia. ¡Y sin embargo! Él lleva robando a todos los
empleados por qué no paga el subsidio y el día de mañana los empleados se verán
pidiendo limosnas.
-¿Cómo llevas la
ropa? – estoy terminado solo me faltan estos calcetines de Braulio y termino.
¡Venga te espero que el camino se hace más coto!