Cuando llega la
noche la mente viene cargada de todo lo que has vivido durante el tiempo que ha
durado el sol.
Las has gravado en
el fondo del pensamiento. En la madrugada, las vas desgranando y desgraciadamente
no todas son relajantes ¡al contrario!, algunas son negras como la noche sin
luna, en ella vas arrastrando las cadenas que nos atan al mundo.
Nosotros no hemos
elegido venir. Una vez aquí siempre lo han pintado bonito será porque
respiramos y nuestros ojo nos demuestran las bellezas del entorno.
¡Pero! Nunca
faltan las penas cercanas esas que llevamos atadas a la vida familiar y por
mucho que las quieras borrar siempre quedan rastros.
Las salidas triunfantes
están lejos, muy lejos.
2-4-2018 Joaqui.
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