Recuerdo
Tristeza al pasar por estas veredas donde tantos años hemos
reído, llorado, comido, cantado, en fin días de glorias que será difícil de
olvidar.
Pero tú cuerpo se ha marchado lejos, muy lejos. Y, ¿ahora
qué? nunca se quiere tanto a una persona hasta que desaparece. Este campo que
tanto amaste, herencia de tus antepasados y que supiste llevar con orgullo y
cariño.
De ellas hiciste todo un albergue familiar. Pasó de ser unas
tierras olvidadas, a ser las más
frecuenta das de esos entornos.
No te molestaba nadie ni ricos ni pobres, ni niños, ni
viejos. Allí cabíamos todos. A todos abriste tú campo, tú casa y sobre todo la
gran paciencia que de eso estaba sobrado.
Esos recuerdos que a cada paso afloran en la mente de
todos. En medio de tantos recuerdos se oyen las voces del eco repitiendo tú
nombre. Cada árbol tiene las huellas de tus caricias, cada palmo de tierra las
huellas de los pies.
Los olivos te echan en falta, y la encina que tantos años
nos sirvió de sombra, se ha secado y sabemos que ella no volverá a florecer.
Ahora no será lo mismo aunque queramos estar alegres, tú
sombra está presente.
Te fuiste sin apenas avisar por ello el dolor es doble. Ya
no se canta, solo se pasa un día en familia.
Hay que seguir viviendo, por los jóvenes, por los niños
pero nunca será igual.
Besos para todos los de ahí.
23-10-2017 Joaqui.
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