Salí de casa muy enfadado los
amigos me esperaban para jugar la partida. El Dominó, mi juego favorito. Me enreda
y apasiona, pero siempre pierdo. Con ello tengo que recurrir al dinero que me
asigna mi esposa. Ella es la caja fuerte de la economía.
Me casé con ella por dinero, nunca
la quise. ¡Ella! ¡No sé! quizás en los primeros años. Después dudo que entre
los dos haya habido algo más que comedia social. Pasar los años al lado de
alguien que no quieres es penoso para ambos.
Salí
en busca de los amigos, la tarde estaba barruntando tormenta. Seguí hasta
llegar a la estación, al llegar estaban todos sentados en sus sillas esperando
vaciarme los bolsillo, ¡Como hacían siempre! Me senté en el rincón acostumbrado pedí un café.
Desde allí se divisaba las ruinas de lo que fue una gran estación del
ferrocarril, repleta de viajeros. Unos, con sus maletas llenas de ilusiones
y en el
pensamiento los deseos de volver a su tierra con ellas llenas. Poco
llevaron el ella, pero más triste es ver lo que viene.
La
mayoría, no han vuelto, los otros echaron raíces y la vida los tiene presos. A
solas lloran y maldicen en la hora que salieron de sus campos en busca de una
vida mejor. Esto les cuesta reconocer.
La
estación ennegrecida por el abandono de
todos.
Las
ventanas rotas, los suelos, puertas y las paredes tristes y oscuras, esperando
que alguien se apiade de ella…
Los
alrededores llenos de maleza, los rieles oxidados por el poco rodar de los trenes.
En su tiempo de esplendor, las madres llevaban a los niños a merendar en el
parque que acondicionaron, en un lateral de la estación. Los niños disfrutaban
a la vez que la estación brillaba con los niños correteando por los jardines y
visitando el zoológico.
En
ese momento entró Álvaro, uno que volvió de recorrer el mundo, y al llegar al pueblo, se
encontró sin familia y más pobre que cuando se fue.
En
la maleta trajo recortes de periódicos que acumuló con noticias de su tierra.
Álvaro vendió todo antes de irse. Hoy vive de lo que cosecha en un huerto
arrendado. El no ha vuelto a sonreír, la
tristeza lo llevará al más allá.
25-9-2017 Joaqui.
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