Recuerdos del pasado 11
Al día siguiente los vecinos no querían cuenta los unos con los otros,
todos sospechaban de todos.
El encuentro era frío y se limitaban a saludarse o, un simple adiós.
Esto duró un tiempo, el morbo era mayos que el silencio.
Un día Juan iba al trabajo y se
encontró con Fausto en la carretera, y después del saludo, Fausto empezó hablar despacio, y preguntó, ¿Juan, tu sabes
algo del muerto que se encontraron hace unos días cerca del Río Al monte? Juan dijo con asombro, ¡Qué me estás contando! ¿Es eso
cierto? ¿Quién te lo ha contado? Me lo ha contado un hermano de Manolo.
¿Quien es Manolo? ¡Si hombre!, ese que trabaja en una fábrica de tomates en un
pueblo de la provincia, (Cáceres) vive más arriba de Cánovas.
¿De quién sospechan? No se sabe, De momento solo saben que es una mujer la muerta. Y ella era la
amante ese señor que algunas veces venía al barrio en un coche negro, él
trajeado, y con aires de grandezas.
La fayescida se llamaba Verónica y el que se ha dado a la fuga es Justo, -marido
de Verónica-, pero Manolo dice que él es inocente porque lo conoce de hace
muchos años y es un tío cabal. Lo que pasa es que la familia de Verónica lo busca
para ajustarle las cuentas y Justo teme que lo maten.
Al terminar la carretera, Juan dijo a Fausto, Fausto, me marcho por
esta calle, donde voy por aquí se llega antes. Hasta mañana, ya hablaremos.
Ese día el camino se le hizo corto, iban tan entretenidos hablando que
llegó a la obra más temprano que de costumbre.
18-10-2016 Joaqui.
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