sábado, 22 de octubre de 2016

Recuerdos del pasado 13





                                                          Recuerdos del pasado 13
 
Un día más del mes de febrero, Juan estaba arreglando las botellas del vino.
El trabajo era esmerado pues todos los vinos no eran de la misma calidad, y cada estante de la barra contenía el de la misma garrafa.
Esto le llevaba su tiempo. Antonia en la cocina preparando los deliciosos callos de ternera, que luego se venderían por raciones en barra.
Los clientes eran los habituales y cada uno tenía sus horas.

Todas las mañanas entraba a tomarse una copa de coñac la señora Alfonsa. Una señora mayor, vestida de negro, pañuelo a la cabeza, zapatillas de esparto. Sus faldas de vuelo con su mandil atado atrás a la cintura con un hermoso lazo.
En una bolsa de tela llevaba las monedas que le iban dando.
Papá le servía el coñac y bebía despacio saboreando y contemplando la copa. Miraba  y acariciaba la copa de cristal.
Al terminar, siempre besaba el culo del vaso, pagaba y se despedía hasta el día siguiente.
No consentía que papá le regalase la copa de coñac, Alfonsa, tenía claro que eso era un lujo y no lo podía pedir.
Esta señora iba pidiendo por las calles, con su cesta de mimbre, una cesta que se usaban en esos tiempos con tapadera.
Siempre puesta al cuadril. En ella entraba la comida que le daban.
 Una persona de aspecto triste, papá le preguntaba pero ella nunca hablaba de su familia. 
Los que la conocían comentaban que el marido la dejó por otra mujer y ella desde entonces se ve en una chabola lejos de toda civilización.
El único consuelo que tiene es recorrer la ciudad y beber su copa, de coñac que es lo que le quita las penas.
                                21-10-2016    Joaqui.

viernes, 21 de octubre de 2016

Recuerdos del pasado 12



Recuerdos del pasado 12Esa mañana de domingo del mes de febrero, Antonia estaba lavando en el patio. Hacía frío, pero en la zona que estaba la pila de lavar daba el sol, y con aliviaba.
 Una pila de cemento y marros finos que hicieron en su día Juan y Joaquín, el compadre de papá.
Hicieron una obra de arte. La pila medía metro y medio de larga por sesenta de ancho, y sesenta y cinco de alta. El batidero amplio y pulido como el resto de la pila.
Allí trabajaba Antonia con mucha comodidad, lavando su ropa, ese día estaba disfrutando con su pila nueva.
Antes de tenerla lavaba en un baño de cinc arrodillada en el suelo.
Los niños jugando en la calle donde han estado siempre los niños.
De pronto empezaron a tocar las campanas de la ermita de San Blas. Cuando pasaba esto, siempre anunciaba alguna desgracia, algún fuego.
Mamá salía corriendo a buscar a las niñas, el resto de las persona, para refugiarse en sus casas.
Toda la barriada alborotada buscando a los suyos.
 Pasado un rato todos los niños estaban mirando detrás de los cristales de las ventanas.
De pronto entró un toro negro en la calle, éste buscaba con furia de una acera a otra.
 Un gran ejemplar. Toro negro, con cuernos muy notables, pitón bien pronunciado.
 Un toro joven con cuernos lisos y bien formados.
Los vecinos le llamaban desde sus ventanas tirándole algunas telas viejas o moviendo algo. El toro acudía con prontitud dándose en las paredes de las casas.
Pasado un tiempo llegó la Guardia Civil y matando al toro se acabó la fiesta.
Todos los niños a la calle, que era donde mejor se estaban, hiciera frío o calor.
                            20-10-2016   Joaqui.                     

martes, 18 de octubre de 2016

Recuerdos del pasado 11




                                                      Recuerdos del pasado 11

Al día siguiente los vecinos no querían cuenta los unos con los otros, todos sospechaban de todos.
El encuentro era frío y se limitaban a saludarse o, un simple adiós.
Esto duró un tiempo, el morbo era mayos que el silencio.
Un  día Juan iba al trabajo y se encontró con Fausto en la carretera, y después del saludo, Fausto empezó  hablar despacio, y preguntó, ¿Juan, tu sabes algo del muerto que se encontraron hace unos días cerca del Río Al monte?  Juan dijo con asombro, ¡Qué me estás contando! ¿Es eso cierto? ¿Quién te lo ha contado? Me lo ha contado un hermano de Manolo. ¿Quien es Manolo? ¡Si hombre!, ese que trabaja en una fábrica de tomates en un pueblo de la provincia, (Cáceres) vive más arriba de Cánovas.
¿De quién sospechan? No se sabe, De momento solo saben que es una mujer la muerta. Y ella era la amante ese señor que algunas veces venía al barrio en un coche negro, él trajeado, y con aires de grandezas.
La fayescida se llamaba Verónica y el que se ha dado a la fuga es Justo, -marido de Verónica-, pero Manolo dice que él es inocente porque lo conoce de hace muchos años y es un tío cabal. Lo que pasa es que la familia de Verónica lo busca para ajustarle las cuentas y Justo teme que lo maten.
Al terminar la carretera, Juan dijo a Fausto, Fausto, me marcho por esta calle, donde voy por aquí se llega antes. Hasta mañana, ya hablaremos.
Ese día el camino se le hizo corto, iban tan entretenidos hablando que llegó a la obra más temprano que de costumbre.
                                    
                                                       18-10-2016  Joaqui.

viernes, 14 de octubre de 2016

Recuerdos del pasado 10

  
                                                  Recuerdos del pasado 10

 A las seis de la mañana de un día del mes de febrero. Toda la barriada dormía. Un potente ruido hizo saltar a más de uno de la cama. Volvió a sonar, el estruendo estaba cerca. Juan llamó a su esposa esto despacio para no despertar a las niñas. Saltaron de la cama y se fueron a las ventanas a ver si se veía algo.
Estaba oscuro  y la calle vacía. Se apoyaron en el alféizar de la ventana, y esperar  alguna novedad.
Pasaban las horas y decidieron tomarse un café.
Cuando estaban en ello volvió a sonar, esta vez se escuchó claro, era un tiro, a Juan y Antonia se les quitaron las ganas de seguir con el café.
Se fueron a la ventana. La noche seguía su curso y la calle desierta. ¡Comentaron! ¿Será en casa del nº27?, dijo Juan, no, ese tiro a sonado más lejos.
Se sentaron alrededor de la mesa camilla, ¡Cualquiera salía! pasaron las hora y cansados de esperar, decidieron volver a la cama, pero el sueño había desaparecido, acurrucados a esperar que asomase el sol.
Juan comentaba con su esposa. El trabajo de hoy va atrasado, sin saber que pasa hay fuera, es preferible  tardar unos días más en terminar la casa, ¡Y mira si la llevo adelantada!
                                             14-11-2016   Joaqui.
Recuerdos del pasado 10