viernes, 27 de febrero de 2015

Cinco de la tarde



Cinco de la tarde
La cita era en el paseo de Cánovas. Esta zona de La ciudad es el más frecuentada por los extremeños.
La ilusión puesta en nuestros años mozos.

Había que dado con un apuesto joven, que conocí meses antes.
Un chico muy apuesto y guapo.
Siempre pensaba que no sería para mí. Su figura era muy valiosa para esta humilde joven.
Paseamos, Cánovas arriba, Cánovas abajo. En esa época los jóvenes no teníamos dinero para quedar en la terraza de un bar y tomarnos un café.
El dinero era escaso y los padres nos daban la paga los domingos, o días de fiestas.
Que consistía, en unas pesetas, ¡De las de tiempo pasado! Que daban para poco.
Unas pipas, algún caramelo y poco más. Después a gastar zapatos o, sentarnos en un banco si había libre.
Por fin conseguimos uno y allí, el joven me decía.
 Mira, cuando nos casemos, viviremos muy bien pues, yo gano cien pesetas diarias.
¿Pensaba? ¿Qué voy hacer con tanto dinero?
 Solo el aceite costaba casi veinte pesetas. Pero yo pensaba que con mi edad era hora de salir de casa.

Compramos una peseta de pipas, y sentados en el banco, dimos rienda sueltas al futuro que empezábamos construir.
Pasamos la tarde viendo como ensuciábamos el suelo con las cáscaras.
Reíamos más que ahora y hoy, si tenemos para cafés.
Y ¡fíjate por donde! Ahora no nos apetece ir a ninguna parte.
Ya no hay que buscar pareja.
                      16-2-2015, Joaqui.

Tristeza



Tristeza

 Tristeza, cuando veo pasar el tiempo, ese que cada día te recuerda que existes, ¡pero cómo! Vacío de cariño, cariño que buscas ¿No sé dónde?
La cercanía te presenta los tuyos, te empeñas en buscar la perfección, ¿pero tú, eres perfecto?
El espejo te demuestra día, a día, que lo que tienes es lo mejor, y no quieres verlo.
El tiempo vuela y cuando quieras, para acariciar el presente, no estará.
Por ello debes e dejar la busca y centrarte en el presente, disfrutando cada momento de la gran compañía que en su día tuviste la suerte de encontrar.
                          14-2-2015. Joaqui.

martes, 17 de febrero de 2015

El enemigo



El enemigo
Al levantarme cada mañana, él está presente. Quiero ignorar su presencia, pero se recrea mientras atravieso el cuarto, y no conforme, en el pasillo, sigue enseñado lo que menos me gusta de mi cuerpo. No me quita la vista de encima.
Es malo y retorcido. Quiero que olvide que existo siendo imposible.
Con la luz de la mañana, clara y reluciente me recuerda a cada paso mi envejecido cuerpo.    Mis curvas no deseadas, mis ojos opacos, mis canas bailando en mi cabellera, los cuatro pelos que de mi cefalea cada vez mas separados.
Lo tengo decidido. Mañana mandaré que mi mayor enemigo sea enterrado en el jardín.
Si él presente todos los defectos será enterrado en la misma fosa.
 Cada mañana para peinarme me miraré en las aguas del lago, allí podré pensar de mi persona.
 Los años son los que uno quiere tener.
15-2-2015.   Joaqui.  

viernes, 6 de febrero de 2015

El piano



El piano
Tus manos acarician sus teclas, el piano grita cuando tú no estás. Las horas pasan lentas; los años rápidos. El teclado te llama.
      El invierno largo y triste, con sus cortos días y la noche inmensa como nuestras ganas de crecer.
El tiempo pasa deprisa, igual que la niñez, inmersos en él. Cuantas veces disfrazamos en el espejo nuestra mente, intentando decir, hoy es primavera.
Del espejo sale la maldad que lleva dentro, y te muestra tu máscara y sonríe.
Muchos queremos escapar de ese tiempo, pero nadie puede huir. En él la lentitud es la que manda.
Tus manos acarician las teclas del piano ahí, es donde el tiempo apenas ha pasado.
Se mueven las huellas de tus dedos una a una, derecha izquierda, sin parar, demostrando que tus notas suenan a gloria cada vez que tus dedos acarician las teclas. Tus pies vibran a los compás de tu mente.
Esperando el amanecer recreando la música para el disfrute de la mente.
6-2-2015 Joaqui.

miércoles, 4 de febrero de 2015

Rus



Rus
Rus, una sufridora más de esta vida. Sus hijos, como tantos matrimonios, no han llegado a entenderse, claro que solo no se han entendido con sus parejas, con el amante…
El marido invalido. La vida le está dando bofetadas por todas partes. Así, lleva años. 
Hace unos días Enmanuel ha pasado a mejor vida.
Después de incinerarlo le han entregado las cenizas. Que Rus ha recogido con cariño.
Rus ha subido a la Montaña. Rezando a la Virgen y seguido ha salido a echar los restos campo abajo.
Cuando se disponía embrocar las cenizas, ha salido la el sacristán, diciendo.
Señora para tirar las cenizas tiene que pedir primero, permiso, y después pagar, y seguido echarlas monte abajo.
Rus, miró con asombro, el sacristán le comenta, no se puede ensuciar la montaña.
¿Y si pago las tiro sin problemas? Rus lo mira con asombro y le dice. ¡Sabe Ud. lo que pienso! Que estas cenizas no ensucian, mi marido era un hombre pulcro y antes de morir estaba bañado. Buenas tarde.
Rus embrocó el recipiente y camino al encuentro de su hogar vació.  
4-2- 2015   Joaqui.