miércoles, 18 de mayo de 2011

El fín.

¿Llega sí? Pero la estancia en los hospitales es tan larga y penosa.

Cada momento se pregunta, ¿Qué hago yo aquí? Postrada en esta cama con 94 años, sin visos de mejoras y sin la ilusión de vivir el mañana, si me queda algo, cada día con menos fuerzas y con el pensamiento puesto en los que dejó en el camino, de los vivos no habla, solo habla de lo que le espera en el más allá del manto azul.

Allí están todos los suyos felices y contentos, eso dice ella, esperando a que lleguemos los del piso de abajo.

Los de allí, ya lo saben, han pasado por las dos habitaciones.

Les tocó vivir en tiempos de  guerra y todas las calamidades que trajo, pobreza, hambre, y la miseria de los pobres, que les da el camino a recorrer desde su nacencia.

¿Cómo van a querer venir? En la tierra solo han tenido penas y la carencia de todo.

En la segunda habitación, no se necesita trabajar para comprar la comida, ni zapatos, en fin, nada de lo que necesitamos los mortales. Se supone que ya acabo la envidia y el ansia de poder.

No sabemos que elegir, porque lo otro no lo conocemos, pensamos que los huesos de los muertos, los desnudan los gusanos, ¿Y si estamos equivocados?Y los que despellejan a los muertos, son los que están al otro lado del manto y nada más llegar los despellejan calentitos y todo.

Claro que no habla ninguno, ya se encargan de quitarle los órganos. para que no hablen, las organizaciones de allí mandaran como en la tierra, los más fuertes.

Debiera volver alguno para explicar y dar no alguna noticia de lo que pasa, como están distribuidas las zonas.

Quizás de lo que se ha hablado hasta ahora no aya, pero si unas organizaciones de los malhechores que en la tierra dejaron algo que hacer, y allí siguen su rumbo.

Debería  de haber altos mandos distribuir, a los que más han penado en la tierra, ponerlo en primera fila, para ver como se hacen las cosas gustas, es decir, mejor que en la primera habitación, ¿Será esto posible?
Claro que de ilusión también se vive, no estaría mal que los meteoritos que pululan por la atmósfera se han las sobras de los palacios que habilitan para los pobres que llegan, ¿Pero como somos tantos? No habrá espacio para todos, así es más fácil pensar que los palacios se los hagan los pobres para los poderosos, y  cuando estos están hecho, los pobres los trituran en las canteras para hacer el Arco Iris y que los pateen los que pisan por el. 
                                15--3--2010.

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