domingo, 5 de julio de 2020

El teléfono

Como todas las tarde cerca del teléfono, descuelgo el auricular, y me quedo parada pensando, ¡qué estará haciendo! ¡Será buena hora para llamar! Cuelgo el auricular y camino pensando en el pasado cuando al descolgar oía tu voz en el otro extremo del hilo, ¡Era tan bonito sentir las palabras que, a veces, entre cortadas te salían de corazón, dando ánimos para que siguiera cuidando a mi esposo. Siempre sabías que ello era los primero. Y sufrías compartiendo la soledad que tantos mayores arrastran a lo largo de su vida. Ahora que estoy entrando en esa etapa, es cuando más necesito una llamada, llamada que rara vez, llego a oír. Pero, la vida sigue y cada fragmento del árbol anda por sitios distintos, y, las ramas, nunca podrán unirse, solo se unen con el pensamiento y, a muy larga distancia, se abrazan. Buena tarde madre.

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