sábado, 4 de noviembre de 2017

Amalia




Amalia, esa chica que encuentras en todas partes. Cuando vas a la tienda, del barrio, al médico, ¡Por cierto!, esta mañana estaba en la sala de espera, como un paciente más, esperando le tocase la hora para la visita médica.
Ella siempre con su chándal Gris claro,    rellenito -sus zapatillas de deporte color naranja, y pañuelo al cuello color azul.
Pelo corto limpio, un poco a merced del viento. La chica es feota, cara grande y ancha, ojos negros pequeños, manos grandes.
 Su bolso de color negro, no le va con el traje de deporte, pero Amalia, esto no le preocupa.
Tiene muchos amigos pues habla con todo el que pasa por su lado.
Se ha encontrado con una amiga y le ha llamado la atención.
Basilia, Basilia, ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Cómo estás? Bien, aquí a por unos medicamentos.
-Amalia, cuánto tiempo llevo sin ver a Inmaculada, ¿Sabes algo de ella? -¡Calla, no te has enterado! no, pues mira la ha dejado Jacinto -¡Qué me dices, si Jacinto es un santo!
-Sí, hace unos meses Jacinto ha llegado a casa antes de la hora acostumbrada y ha encontrado a Inma en la cama con el Juli, ¡El Juli! Sí, sí, el amigo de Jacinto. Jacinto no podía no podía creer lo que veían sus ojos.
Después de una larga discusión Jacinto salió de casa, con su corazón hecho pedazos.
Toda vía le llora en silencio, cuando nadie le ve, pero su decisión es firme. Una cosa es querer y otra ser el hazmerreir del pueblo.
Amalia se despide y se marcha al bar a tomarse una cerveza, y seguir buscando amigos para terminar la mañana.
5-3-2015- Joaqui.     Resgistrado.

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