Que atracción tiene sobre el ser humano, deseamos estar a su lado con
todas nuestras fuerzas y llegando, nos para poniendo la barrera del miedo.
Cruje y entre sus voces nos llama, -entra, entra, nos
repite una y otra vez. Su voz es dominante, fuerte y segura, sabe lo que
quiere, pero a la vez es temerosa.
Te vas acercando y te lame acariciando tus pies, con
ello te invita a seguir cayendo en sus redes.
Sus babas tapan
el nivel de la arena seguido de la ola, esa ola traicionera que te moja sin piedad.
La fuerza de esta hace mover la arena para
desequilibrar tu cuerpo, cuesta mantenerse en pies, pero el mar se ríe, se ríe
de todos nosotros, ¡es tan poderoso! Tan inmenso. Por ello se permite reírse y
emitir esas, esas voces que no entendemos, ¡pero, nos hablan!
Y con ella nos llama y en el menor descuido nos atrapa
para disfrutar de nuestro cuerpo.
Algunos podemos contar los revolcones que recibimos
entre sus olas y la arena, a otros los llevará mar adentro y solo lo soltará
cuando ella quiera escupirlo.
30-5-2016, Joaqui.