Cumple Años
La espera fue larga, todo el
día llevo con la mesa puesta.
Cansada, dieron las ocho de la tarde. Vacíe
todos los bártulos de la mesa ya, no esperaba a nadie. Me tomé una tila y me
senté a leer al señor Machado.
Como a él la soledad me
invadía, no igual porque el motivo es diferente.
Dieron las nueve menos cuarto y
llamaron a la puerta. La alegría fue grande venía mi hijo el mayor y enseguida volví
a poner la comida en la mesa. Era una forma de retenerlo un rato más. Hablamos de
cosas sin importancia, eso era lo de menos.
Lo que importaba era su presencia en ese día que uno necesita estar al lado de los
seres queridos.
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