Fotos con Historias.
Las fotos nos transmiten una información, de su entorno.
Lo que hemos vivido, o quizás, lo que hemos visto unos días.
Pero nunca como cuando lo vivimos de niños, y hasta el día de salir de esas calles.
Llevas contigo la historia de lo vivido con toda la vecindad.
Cuando cojas esta que te está enseñando la casa de la "la tía Paca".
La vecina que se le murió un hijo pequeño, pero ella ha seguido riendo, pero en
su cara se ven sus penas, y cuando mira a los chicos del barrio no aparta la mirada,
mirada triste y alejada de todo.
La puerta del "tío Manolo" gente pobre, pero con corazón de oro.
Tío Manolo siempre con su burro cargado con las vianda del huerto llenando la
despensa de su casa.
La puerta más grande, era la de "tío José", que con sus vacas recorría el barrio para
llevarlas a la charca a beber.
jueves, 22 de marzo de 2012
EL MEJOR AMIGO.
El Mejor Amigo.
Salí de casa, no quería que viniera con migo, pero cuando medí la vuelta y estaba mi lado.
Seguimos caminando en silencio, iba juguetona tan pronto estaba delante como detrás, la miraba y sonreía, pero no dijo nada.
En el camino nos encontramos con Juliana y se puso encima de ella, Juliana no percibió su peso, claro que era tan delgada que pasaba desapercibida.
Juliana lloraba estaba muy triste, tenía en cama un hijo enfermo y los médicos no daban con su curación.
Nos separamos y saltó al suelo, la miré parándome y se quedó quieta, seguimos la marcha.
Llegando a Cánovas en dicho paseo, hay una fuente con su estanque, me acerqué para contemplar el agua y los peces, mi amigo se introdujo en el agua, lo miraba y empezó a nadar, recorriendo el estanque jugando con los peces, cada vez estaba en distintas ondas del agua, disfrutando de esta en silencio, a los peces no le molestaba su presencia, decidí seguir, salió del agua lo mismo que había entrado, sin salpicar ni mojar a las demás personas que estaban cerca, seguimos el camino y cuando me di cuentas estaba en lo alto de un árbol, así recorrimos el paseo, saltando de árbol en árbol y poniéndose encima de todo lo que pasaba a su lado.
Al final me acostumbré a su presencia y su compañía fue una ayuda para olvidar el aburrimiento
17-12-2011. Joaquina Campón
Salí de casa, no quería que viniera con migo, pero cuando medí la vuelta y estaba mi lado.
Seguimos caminando en silencio, iba juguetona tan pronto estaba delante como detrás, la miraba y sonreía, pero no dijo nada.
En el camino nos encontramos con Juliana y se puso encima de ella, Juliana no percibió su peso, claro que era tan delgada que pasaba desapercibida.
Juliana lloraba estaba muy triste, tenía en cama un hijo enfermo y los médicos no daban con su curación.
Nos separamos y saltó al suelo, la miré parándome y se quedó quieta, seguimos la marcha.
Llegando a Cánovas en dicho paseo, hay una fuente con su estanque, me acerqué para contemplar el agua y los peces, mi amigo se introdujo en el agua, lo miraba y empezó a nadar, recorriendo el estanque jugando con los peces, cada vez estaba en distintas ondas del agua, disfrutando de esta en silencio, a los peces no le molestaba su presencia, decidí seguir, salió del agua lo mismo que había entrado, sin salpicar ni mojar a las demás personas que estaban cerca, seguimos el camino y cuando me di cuentas estaba en lo alto de un árbol, así recorrimos el paseo, saltando de árbol en árbol y poniéndose encima de todo lo que pasaba a su lado.
Al final me acostumbré a su presencia y su compañía fue una ayuda para olvidar el aburrimiento
17-12-2011. Joaquina Campón
miércoles, 21 de marzo de 2012
LA PERLA DE ESPERANZA.
LA PERLA DE ESPERANZA.
Esperanza se acaricia su perla, para ella que está acostumbrada es fácil, pero para los demás, no lo es tanto, a lo sumo, más bien desagradable. Lleva toda la vida con ella y claro está acostumbrada, de ahí que nos guste a los demás es otro cantar, cuando la miramos no es fácil.
Intentamos no mirarla, pero es imposible no chocar los ojos con ella.
Y encima ella la acaricia constantemente, arrastrar una cosa así toda la vida, es una gran carga, pero a Esperanza no parece importarle mucho.
Hoy hay muchos medios para quitarse esos lastres que llevamos encima.
Ya que no son agradables de ver, hay que cuidarse un poco más, y mira que Esperanza en otras cosas se cuida.
Tiene manos de señorita, a sus 87 años, las manos con sus uñas pintadas y bien cuidadas, su pelo y sus ropas, tampoco las descuida.
Eso sí, le encanta comer, por la mañana, su desayuno es café con churros, a media mañana, su cerveza con una ración de callo, por la tarde la merienda, los Donuts con chocolate.
Entre horas juega con sus amigas a la carta, en estos juegos la que pierde paga los cafés.
Pero no te puedes despistar ni un momento, como mires para otro lado, te hacen trampas.
Así se pasa el tiempo en las residencias de mayores, la que es válida lo lleva bien, lo malo es tener que depender a los demás, para todo.
Ir al baño, cambiar pañales, comer, o, solamente necesitar algo que te lo darán cuando las Auxiliares puedan, y quizás algunas, no puedan nunca, esto es duro pero la realidad, de estos centros es así, hay Auxiliares, muy competentes, pero no se puede decir de todas.
Esto es muy duro, por eso muchos mayores se desesperan en estas dependencias.
De las instalaciones, solo se puede decir que son extraordinarias, comidas, asistencia médica calefacción, aire acondicionado, en fin no se puede tener más, quizás algunos no tuvieron tantas comodidades a lo largo de su vida.
La perla de Esperanza, la tiene… 2010. JOAQUINA.
Esperanza se acaricia su perla, para ella que está acostumbrada es fácil, pero para los demás, no lo es tanto, a lo sumo, más bien desagradable. Lleva toda la vida con ella y claro está acostumbrada, de ahí que nos guste a los demás es otro cantar, cuando la miramos no es fácil.
Intentamos no mirarla, pero es imposible no chocar los ojos con ella.
Y encima ella la acaricia constantemente, arrastrar una cosa así toda la vida, es una gran carga, pero a Esperanza no parece importarle mucho.
Hoy hay muchos medios para quitarse esos lastres que llevamos encima.
Ya que no son agradables de ver, hay que cuidarse un poco más, y mira que Esperanza en otras cosas se cuida.
Tiene manos de señorita, a sus 87 años, las manos con sus uñas pintadas y bien cuidadas, su pelo y sus ropas, tampoco las descuida.
Eso sí, le encanta comer, por la mañana, su desayuno es café con churros, a media mañana, su cerveza con una ración de callo, por la tarde la merienda, los Donuts con chocolate.
Entre horas juega con sus amigas a la carta, en estos juegos la que pierde paga los cafés.
Pero no te puedes despistar ni un momento, como mires para otro lado, te hacen trampas.
Así se pasa el tiempo en las residencias de mayores, la que es válida lo lleva bien, lo malo es tener que depender a los demás, para todo.
Ir al baño, cambiar pañales, comer, o, solamente necesitar algo que te lo darán cuando las Auxiliares puedan, y quizás algunas, no puedan nunca, esto es duro pero la realidad, de estos centros es así, hay Auxiliares, muy competentes, pero no se puede decir de todas.
Esto es muy duro, por eso muchos mayores se desesperan en estas dependencias.
De las instalaciones, solo se puede decir que son extraordinarias, comidas, asistencia médica calefacción, aire acondicionado, en fin no se puede tener más, quizás algunos no tuvieron tantas comodidades a lo largo de su vida.
La perla de Esperanza, la tiene… 2010. JOAQUINA.
Santi Bañez El Alto.
EL ENTIERRO DE LA “TIA PACA”.
La “Seña” Paca se puso enferma, le gustaba comer, se privaba de poco, de andar menos toda vía.
Pasó de lo que no se libra nadie, coma o no coma.
Le llegó el día que todos esperamos, desde nuestra corta edad.
Todos los familiares y amigos y el pueblo entero.
Porque este es pequeño, se reunieron junto al féretro, con la fallecida en medio, todos lloraban. Iban retrasando la hora del entierro.
Pero se echaba la noche en cima y decidieron empezar el camino.
Caja en hombros camino del cementerio. Bajando cuestas y más cuestas, hasta llegar al lugar donde empieza la subida. Esta era la más temida, empezaron a subir.
Cuestas, piedras, peñas, resbaladiza, esto era lo que esperaba. Todo el camino igual.
El cansancio se iba apoderando de todos, los más viejos, se empezaron a negar.
Pero había que seguir, llegando casi al final, ya al filo del castillo, la cuesta era una auténtica pendiente.
Solo los más jóvenes se atrevieron a terminar el último tramo.
En mitad de la cuesta, se resbaló un chico, con este la caja, se fue con él.
La “seña” Pepa bajo rodando cuesta abajo, los demás no pudieron hacer nada.
Solo inclinar la cabeza con forme bajaba, empezaron a dar voces para avisar a los demás.
Dando tumbos la caja paró en una peña. No tenían fuerzas para empezar de nuevo.
Uno de los más viejos, “Tío Jaime”, hay que poner la soga.
Fueron a por ella, ataron la caja y empezaron a tirar des de arriba.
En los recodos del camino, los demás ayudaban a desenganchar el féretro,
De pues de mucho penar, llegó al banco en el único sitio llano que hay en ese pueblo.
El banco es de cantería gracias a él y la fuente de al lado, se puede respirar un rato.
Fue penosa la subida, pero llegó, al entrar el cementerio era desolador. Abandonado y en ruinas sus nichos.
Enterraron a la difunta y al salir del cementerio, se sentaron en la zona de recreo.
Empezaron a deliberar sobre lo ocurrido, no había sido nada fácil llegar hasta allí.
Los mayores lloraban, cuando miraban los nichos del Campo Santo tan deteriorados.
Había que solucionar esto, lloraban por no poder atender a sus muertos, pero la mala accesibilidad, no les permitía subir.
Están cansados de vivir es dos metros a la redonda, el resto es todo, subidas y bajadas.
Los niños, de los pocos que quedan, solo están allí hasta la edad escolar, luego se marchan a la ciudad, con esto cada vez el pueblo, está más vacío.
Las vecinas poco salen a la calle, con la inestabilidad de estos, no salen de sus puertas.
Triste, muy, triste.
Se sabe que los niños su vicio es la pelota, ‘pero eso no es posible, el pueblo, solo es para ir a visitarlo de vacaciones, los paisajes que se divisan desde el cementerio, son dignos de contemplar, pero solo eso contemplativo.
El pueblo solo vale, para la paz de los del más allá.
Los mayores lloraban por no poder atender a sus muertos, tener el nicho con flore, y rezar a su lado, esto ayuda a la paz interior.
Septiembre del 2010. Joaquina Campón
La “Seña” Paca se puso enferma, le gustaba comer, se privaba de poco, de andar menos toda vía.
Pasó de lo que no se libra nadie, coma o no coma.
Le llegó el día que todos esperamos, desde nuestra corta edad.
Todos los familiares y amigos y el pueblo entero.
Porque este es pequeño, se reunieron junto al féretro, con la fallecida en medio, todos lloraban. Iban retrasando la hora del entierro.
Pero se echaba la noche en cima y decidieron empezar el camino.
Caja en hombros camino del cementerio. Bajando cuestas y más cuestas, hasta llegar al lugar donde empieza la subida. Esta era la más temida, empezaron a subir.
Cuestas, piedras, peñas, resbaladiza, esto era lo que esperaba. Todo el camino igual.
El cansancio se iba apoderando de todos, los más viejos, se empezaron a negar.
Pero había que seguir, llegando casi al final, ya al filo del castillo, la cuesta era una auténtica pendiente.
Solo los más jóvenes se atrevieron a terminar el último tramo.
En mitad de la cuesta, se resbaló un chico, con este la caja, se fue con él.
La “seña” Pepa bajo rodando cuesta abajo, los demás no pudieron hacer nada.
Solo inclinar la cabeza con forme bajaba, empezaron a dar voces para avisar a los demás.
Dando tumbos la caja paró en una peña. No tenían fuerzas para empezar de nuevo.
Uno de los más viejos, “Tío Jaime”, hay que poner la soga.
Fueron a por ella, ataron la caja y empezaron a tirar des de arriba.
En los recodos del camino, los demás ayudaban a desenganchar el féretro,
De pues de mucho penar, llegó al banco en el único sitio llano que hay en ese pueblo.
El banco es de cantería gracias a él y la fuente de al lado, se puede respirar un rato.
Fue penosa la subida, pero llegó, al entrar el cementerio era desolador. Abandonado y en ruinas sus nichos.
Enterraron a la difunta y al salir del cementerio, se sentaron en la zona de recreo.
Empezaron a deliberar sobre lo ocurrido, no había sido nada fácil llegar hasta allí.
Los mayores lloraban, cuando miraban los nichos del Campo Santo tan deteriorados.
Había que solucionar esto, lloraban por no poder atender a sus muertos, pero la mala accesibilidad, no les permitía subir.
Están cansados de vivir es dos metros a la redonda, el resto es todo, subidas y bajadas.
Los niños, de los pocos que quedan, solo están allí hasta la edad escolar, luego se marchan a la ciudad, con esto cada vez el pueblo, está más vacío.
Las vecinas poco salen a la calle, con la inestabilidad de estos, no salen de sus puertas.
Triste, muy, triste.
Se sabe que los niños su vicio es la pelota, ‘pero eso no es posible, el pueblo, solo es para ir a visitarlo de vacaciones, los paisajes que se divisan desde el cementerio, son dignos de contemplar, pero solo eso contemplativo.
El pueblo solo vale, para la paz de los del más allá.
Los mayores lloraban por no poder atender a sus muertos, tener el nicho con flore, y rezar a su lado, esto ayuda a la paz interior.
Septiembre del 2010. Joaquina Campón
HISTORIA DE MARGARITA.
Margarita era una silla corriente, vivía en casa de unos marqueses, su mansión estaba ubicada en medio de una gran extensión de terreno, en el no se veían los límites de sus tierras, la casa era señorial y solariega, salones inmensos, habitaciones decoradas con las mejores sedas traídas des de oriente, tonos malvas, rojos, y azules, amplias y espaciosas, muebles del estilo de Luis XV, el día 25--12--2010, la madre de los marqueses, cumple 100, años, doña Eugenia, que así se llama,
El personal de la casa, tenían cada uno su misión, limpiar, fregar, preparar la vajilla para las grandes ocasiones, hacer las comidas para tanto personal, en fin quedar la casa en orden y dispuesto todo para tal evento, todo estaba preparado, a la hora señalada.
Dieron las 7 de la tarde y empezaron a llegar los invitados, Tía Lola, el señor cura, el médico, hasta un cantante de ópera famoso.
A la hora señalada, todos estaban en el salón. Margarita y sus hermanas fueron las más solicitadas por los invitados, el afán de estos era posar sus hermosos “culos” en sus faldas, estas estaban indignadas por qué no las dejaban de ver a todos los allí presentes para poder criticar, cuando se fueran, de lo elegantes que estaban algunos, y la pobreza de los familiares, menos pudientes,(que había de todo). Tía rosa, era la más pobre, contaban los familiares, que el padre, se jugó a las carta, el dinero y las propiedades, de la familia, y ellos arrastran la pobreza de por vida.
Llego Jaime (un arquitecto famoso amigo de la familia) y dijo, ¡Hombre, una silla libre!
--- Oyes Jaime, no te sientes aquí.
-------Pero bueno.
-------Nada, nada, busca otra, yo también quiero ver.
-------No hay, otra libre.
-------Te las apañas, sino te vas a la escalera.
------- ¿Quieres que me siente en la escalera, con mi traje nuevo?
---lo siento, “Dijo Margarita” yo también estoy en esta fiesta.
-----Pues lo siento, porque los zapatos me están haciendo polvo los pies.
Margarita lo tuvo que coger con mala gana, no le importó, la fiesta no había empezado. Lo que más le molestó fueron sus kilos.
----Oyes Jaime, no crees que debes perder unos quilos.
----Me estás llamando gordo.
----No, te estoy llamando camión, anda vete a buscar otra silla.
----Que te lo crees tú.
Jaime no hizo caso y Margarita dio aviso a sus amigas las pulgas
-----Venga parásitos a trabajar.
----Donde quieres que le dé el primero.
----En la cacha derecha que es la que más me duele.
El pequeño preguntó.
----Por donde empiezo.
.----Tú vete al pantalón y empiezas en el tobillo hasta las ingles.
----Voy tío.
Jaime estaba tan entusiasmado con la música, que no advirtió nada, pero cuando la familia pulga estaba a sus anchas y picando por todas partes. Jaime empezó a gritar y con gran espaviento, intentaba a manotazos quitarse de encima aquel malestar.
Margarita contenta y libre de la masa, sonreía.
----Jaime dijo, esto es cosa tuya.
----Te lo advertí.
----Eres mala.
----Más malo eres tú.
---Yo malo.
---Si no cuidas tu salud.
---Y a ti, que te importa.
---Claro que me importa, tan bien sufro las consecuencias,
Soportando tus quilos.
---Para eso estás.
---No, yo estoy para que descansen las personas normales.
---Será descarada.
---Más descarado eres tú.
---Y no te vuelvas a sentar, que tengo una buena remesa, y esta vez te los mando todos.
Se marcharon los comensales, se quedaron las hermanas sillas alrededor del hogar, contando sus fechorías.
--Margarita dice, ¿Banca a quien cogiste? Me tocó Hortensia, la hermana de tía Consuelo, la pobre estaba triste, porque era la peor arreglada, su vestido era el de hace muchos años y al lado de los parientes ricos, no se encontraba cómoda, (contaban su cuñado que se jugó la herencia en una subasta, quedando a la familia en la ruina).
¿Y tú a quien cogiste Margarita?
-----No me hables, me tocó el gordo de Jaime, todas ríen, está como un cepote.
-----Regina dice, a mí me tocó la abuela Ambrosia, con las prisas y emociones no se lavó, y me dio la noche.
----- ¡Que dices, eso no fue nada, a mí me tocó “el señor cura” Y se cagó los calzones, estuve sin conocimiento toda la noche, aun estoy mareada.
Consuelo dijo, lo mío no fue mejor, me echaron la tarta encima, y estoy tiesa como un ajo.
Entre risas y burlas pasaron la noche, amaneciendo el alba se quedaron rendidas, esperando la próxima fiesta.
Joaquina Campón. 11-10-1992. Cáceres
El personal de la casa, tenían cada uno su misión, limpiar, fregar, preparar la vajilla para las grandes ocasiones, hacer las comidas para tanto personal, en fin quedar la casa en orden y dispuesto todo para tal evento, todo estaba preparado, a la hora señalada.
Dieron las 7 de la tarde y empezaron a llegar los invitados, Tía Lola, el señor cura, el médico, hasta un cantante de ópera famoso.
A la hora señalada, todos estaban en el salón. Margarita y sus hermanas fueron las más solicitadas por los invitados, el afán de estos era posar sus hermosos “culos” en sus faldas, estas estaban indignadas por qué no las dejaban de ver a todos los allí presentes para poder criticar, cuando se fueran, de lo elegantes que estaban algunos, y la pobreza de los familiares, menos pudientes,(que había de todo). Tía rosa, era la más pobre, contaban los familiares, que el padre, se jugó a las carta, el dinero y las propiedades, de la familia, y ellos arrastran la pobreza de por vida.
Llego Jaime (un arquitecto famoso amigo de la familia) y dijo, ¡Hombre, una silla libre!
--- Oyes Jaime, no te sientes aquí.
-------Pero bueno.
-------Nada, nada, busca otra, yo también quiero ver.
-------No hay, otra libre.
-------Te las apañas, sino te vas a la escalera.
------- ¿Quieres que me siente en la escalera, con mi traje nuevo?
---lo siento, “Dijo Margarita” yo también estoy en esta fiesta.
-----Pues lo siento, porque los zapatos me están haciendo polvo los pies.
Margarita lo tuvo que coger con mala gana, no le importó, la fiesta no había empezado. Lo que más le molestó fueron sus kilos.
----Oyes Jaime, no crees que debes perder unos quilos.
----Me estás llamando gordo.
----No, te estoy llamando camión, anda vete a buscar otra silla.
----Que te lo crees tú.
Jaime no hizo caso y Margarita dio aviso a sus amigas las pulgas
-----Venga parásitos a trabajar.
----Donde quieres que le dé el primero.
----En la cacha derecha que es la que más me duele.
El pequeño preguntó.
----Por donde empiezo.
.----Tú vete al pantalón y empiezas en el tobillo hasta las ingles.
----Voy tío.
Jaime estaba tan entusiasmado con la música, que no advirtió nada, pero cuando la familia pulga estaba a sus anchas y picando por todas partes. Jaime empezó a gritar y con gran espaviento, intentaba a manotazos quitarse de encima aquel malestar.
Margarita contenta y libre de la masa, sonreía.
----Jaime dijo, esto es cosa tuya.
----Te lo advertí.
----Eres mala.
----Más malo eres tú.
---Yo malo.
---Si no cuidas tu salud.
---Y a ti, que te importa.
---Claro que me importa, tan bien sufro las consecuencias,
Soportando tus quilos.
---Para eso estás.
---No, yo estoy para que descansen las personas normales.
---Será descarada.
---Más descarado eres tú.
---Y no te vuelvas a sentar, que tengo una buena remesa, y esta vez te los mando todos.
Se marcharon los comensales, se quedaron las hermanas sillas alrededor del hogar, contando sus fechorías.
--Margarita dice, ¿Banca a quien cogiste? Me tocó Hortensia, la hermana de tía Consuelo, la pobre estaba triste, porque era la peor arreglada, su vestido era el de hace muchos años y al lado de los parientes ricos, no se encontraba cómoda, (contaban su cuñado que se jugó la herencia en una subasta, quedando a la familia en la ruina).
¿Y tú a quien cogiste Margarita?
-----No me hables, me tocó el gordo de Jaime, todas ríen, está como un cepote.
-----Regina dice, a mí me tocó la abuela Ambrosia, con las prisas y emociones no se lavó, y me dio la noche.
----- ¡Que dices, eso no fue nada, a mí me tocó “el señor cura” Y se cagó los calzones, estuve sin conocimiento toda la noche, aun estoy mareada.
Consuelo dijo, lo mío no fue mejor, me echaron la tarta encima, y estoy tiesa como un ajo.
Entre risas y burlas pasaron la noche, amaneciendo el alba se quedaron rendidas, esperando la próxima fiesta.
Joaquina Campón. 11-10-1992. Cáceres
lunes, 19 de marzo de 2012
AMIGOS
¡Amigos!
El encuentro fue en la Plaza Mayor, me llamó hacía mucho tiempo que no nos veíamos.
Su saludo no era el de siempre, me invitó a tomar café, seguí la corriente sin saber lo que pasaba, nos sentamos en la terraza, esto también me extrañaba parecía que quería ser visto por todos los viandantes.
Pedí un café “H” una cerveza su conversación se acercaba cada vez más la familiaridad y eso estaba a años luz.
Al rato empezó diciendo lo bien que se siente una cuando se sube un nuevo escalón en el trabajo, con esto uno puede presumir de la familia.
Sonó el móvil, lo siento tengo que marcharme me esperan.
Me levanté y seguí mi camino.
5-8-2011. Joaquina Campón.
El encuentro fue en la Plaza Mayor, me llamó hacía mucho tiempo que no nos veíamos.
Su saludo no era el de siempre, me invitó a tomar café, seguí la corriente sin saber lo que pasaba, nos sentamos en la terraza, esto también me extrañaba parecía que quería ser visto por todos los viandantes.
Pedí un café “H” una cerveza su conversación se acercaba cada vez más la familiaridad y eso estaba a años luz.
Al rato empezó diciendo lo bien que se siente una cuando se sube un nuevo escalón en el trabajo, con esto uno puede presumir de la familia.
Sonó el móvil, lo siento tengo que marcharme me esperan.
Me levanté y seguí mi camino.
5-8-2011. Joaquina Campón.
Los abuelos.
Los Abuelos.
Los abuelos de los años 90—2012.
En nuestra niñez fuimos siervos de nuestros padres.
En nuestro matrimonio de la familia, y en la vejez de los nietos.
Esto ha sido una ristra de casualidades impuestas por la sociedad de cada momento.
Nosotros hemos ayudado cada vez que se necesitaba. Con los hermanos y los padres, con los hijos igual, ahí hemos estado al pie del cañón, cosiendo, fregando, haciendo deberes, copiando, en fin, lo que se necesitaba en cada en cada momento y siempre contentos con hacer algo más, de lo que se supone, era suyo.
Ayudando con los nietos han sido 20 años de mi vida, y contenta de haber podido ayudar y a la vez disfrutar de mis nietos, que aparte de trabajo y sacrificio me han aportado mucha alegría.
Nosotros, hemos puesto nuestra vida a disposición de ellos.
¿Pero...?
¿Cuándo llegue el momento de que te devuelvan La moneda…?
Estaremos en la residencia de mayores, porque en sus casas no habrá sitio.
Los viejos somos molestos cuando no somos útiles.
¡Qué pena!
1-2-2012 Joaquina
Los abuelos de los años 90—2012.
En nuestra niñez fuimos siervos de nuestros padres.
En nuestro matrimonio de la familia, y en la vejez de los nietos.
Esto ha sido una ristra de casualidades impuestas por la sociedad de cada momento.
Nosotros hemos ayudado cada vez que se necesitaba. Con los hermanos y los padres, con los hijos igual, ahí hemos estado al pie del cañón, cosiendo, fregando, haciendo deberes, copiando, en fin, lo que se necesitaba en cada en cada momento y siempre contentos con hacer algo más, de lo que se supone, era suyo.
Ayudando con los nietos han sido 20 años de mi vida, y contenta de haber podido ayudar y a la vez disfrutar de mis nietos, que aparte de trabajo y sacrificio me han aportado mucha alegría.
Nosotros, hemos puesto nuestra vida a disposición de ellos.
¿Pero...?
¿Cuándo llegue el momento de que te devuelvan La moneda…?
Estaremos en la residencia de mayores, porque en sus casas no habrá sitio.
Los viejos somos molestos cuando no somos útiles.
¡Qué pena!
1-2-2012 Joaquina
El Globo.
Cuando uno se casa y es pobre, hay que hacer malabarismos con el dinero para llegar a final de mes.
Esto hay que considerar lo como un gran globo flotando en el aire y tirar de él, con el consiguiente peso para los que van dentro.
En ese globo en el sube el matrimonio con toda su ilusión, para llegar a buen puerto, en cada parada se van cogiendo unos lastres nuevos, con esto ya va pesando un poco más.
Llega el primer hijo, la ilusión es una de las mayores del matrimonio, con esto el cesto pesa un poco más.
Siguen su camino un lastre que de momento pesa poco, ¡Cuando pesan los hijos, son a los dieciocho años! Segunda parada el coche que hoy día no se puede estar sin él, ya la cesta va pesando un poco más, los lastres pesan y tira más despacio.
Tercera, parada esta cuesta subirla al globo pero tirando y a rastras sube con todos, se sigue tirando y todos ayudan un poco, cada uno se tiene que quedar sin algo.
Menos ropa, zapatos del mercadillo y los filetes de los más baratos, pero nada importa contar de vivir como el vecino aunque tú no puedas como él.
Uno de los mayores errores de la humanidad... Los millones que cuestan los pisos llevan a los jóvenes a tirar de ellos mientras vivan. Los lastres del piso pesan demasiado, pero hay que seguir tirando, más sacrificios, menos, vacaciones, en fin menos de todo.
Ya esta comprada la casa, la familia lo pasa mal pero no importa todos queremos ser iguales aunque no se pueda.
Los bancos se aprovechan de estas circunstancias y así les va a muchos jóvenes, les ofrecen largos años para el pago de estos, pero el mes pasa pronto y los recibos tan bien.
Estos recibos los llevan colgados de sus espalda y a veces no los deja ni de respirar, media vida y eso el que termina de pagarlo, muchos, tienen que vender antes de terminar de pagar el piso. Se ven mal en la carrera de su vida, claro que esto pasa por no tener visión de futuro y no echar las cuentas con mucho tiempo de antelación.
El globo sigue su rumbo y con el futuro cada vez más incierto,
No disfrutan como debieran de sus años jóvenes, es una pena porque la vida dura poco, cuanto más para echarla a perder. Pero todo el mundo hace lo mismo es como una enfermedad de este siglo, ¡La vida sigue! Y hay que tirar de lo que sea. Pero los lastres hay que tirarlo lo antes posible para subir mejor los años y con más desahogos.
MORALEJA, NO TE CARGUES DE TRAMPAS, SI NO ESTAS SEGURO QUE TIENES PARA PAGAR.
Esto hay que considerar lo como un gran globo flotando en el aire y tirar de él, con el consiguiente peso para los que van dentro.
En ese globo en el sube el matrimonio con toda su ilusión, para llegar a buen puerto, en cada parada se van cogiendo unos lastres nuevos, con esto ya va pesando un poco más.
Llega el primer hijo, la ilusión es una de las mayores del matrimonio, con esto el cesto pesa un poco más.
Siguen su camino un lastre que de momento pesa poco, ¡Cuando pesan los hijos, son a los dieciocho años! Segunda parada el coche que hoy día no se puede estar sin él, ya la cesta va pesando un poco más, los lastres pesan y tira más despacio.
Tercera, parada esta cuesta subirla al globo pero tirando y a rastras sube con todos, se sigue tirando y todos ayudan un poco, cada uno se tiene que quedar sin algo.
Menos ropa, zapatos del mercadillo y los filetes de los más baratos, pero nada importa contar de vivir como el vecino aunque tú no puedas como él.
Uno de los mayores errores de la humanidad... Los millones que cuestan los pisos llevan a los jóvenes a tirar de ellos mientras vivan. Los lastres del piso pesan demasiado, pero hay que seguir tirando, más sacrificios, menos, vacaciones, en fin menos de todo.
Ya esta comprada la casa, la familia lo pasa mal pero no importa todos queremos ser iguales aunque no se pueda.
Los bancos se aprovechan de estas circunstancias y así les va a muchos jóvenes, les ofrecen largos años para el pago de estos, pero el mes pasa pronto y los recibos tan bien.
Estos recibos los llevan colgados de sus espalda y a veces no los deja ni de respirar, media vida y eso el que termina de pagarlo, muchos, tienen que vender antes de terminar de pagar el piso. Se ven mal en la carrera de su vida, claro que esto pasa por no tener visión de futuro y no echar las cuentas con mucho tiempo de antelación.
El globo sigue su rumbo y con el futuro cada vez más incierto,
No disfrutan como debieran de sus años jóvenes, es una pena porque la vida dura poco, cuanto más para echarla a perder. Pero todo el mundo hace lo mismo es como una enfermedad de este siglo, ¡La vida sigue! Y hay que tirar de lo que sea. Pero los lastres hay que tirarlo lo antes posible para subir mejor los años y con más desahogos.
MORALEJA, NO TE CARGUES DE TRAMPAS, SI NO ESTAS SEGURO QUE TIENES PARA PAGAR.
miércoles, 14 de marzo de 2012
Los Puentes Largos.
EL PUENTE.
Cinco de la tarde, después de prepararme salí con la intención de comprarme unas zapatillas, recorriendo las calles hasta llegar a la tienda, salí de Joselito Romero, entré en la Avenida de las Lavanderas, para incorporarme a la Plaza de las Delicias, seguí caminando dejando la Plaza de los Mártires a la izquierda, entré en Hernán Cortés, esta avenida es cómoda, acerados anchos y sin cuestas, por ello se anda bien.
Al final de están me esperaba en su caballo Hernán, le saludé y seguí andando camino de Cánovas, en esta di un paseo la tarde estaba buena.
Seguí camino de San Antón, en el tienen mis consuegros una tienda y pasé a saludarlos.
En ella estaban los clientes y entre ellos una vecina del barrio antiguo, esta me preguntó que si seguía con los libro como antaño, le dije que sí, y esta me contestó, tu ya no tienes edad para entrar en tu mente nada, solo las personas que no están bien de la cabeza, buscan cosas nuevas.
Saludé a las familias y me marché.
Andando entre las gente unos jóvenes comentaban, en gran puentes que teníamos a la vista, pensé en ellos, el primero era la Constitución, muy importante el día que se aprobó, y todavía para el buen funcionamiento del país.
Pero… tantos títulos y capítulos, todos ellos muy bonitos a la hora de leerlos, ¿Pero? En la práctica no tiene nada.
¿La justicia?
¿Todos somos iguales ante la ley?
¿Vivienda digna?
¿Derecho al trabajo?
La justicia, ¿Por dónde anda?
Iguales ante la Ley. ¿Qué mentira? Esta está hecha para los que la pueden pagar, sabemos que te adjudican un abogado de oficio, pero investigan tu patrimonio y como tienes las cuatro paredes que habitas, las tienes que vender, para pagarle al abogado, así estamos otra vez sin él, por eso ¿ahora qué?¡Trabajo digno!¿Dónde está?
En el libro o Carta Magna está todo muy bien, pero la práctica no tiene nada que ver con ella, los padres de está pasaran a la Historia de España.
Pasado el día seis llegamos al día ocho, La Purísima Concepción, es una fiesta religiosa, de ella que da solo para no ir a trabajar, este día era además el día de la madre, pero la Iglesia la separó de ese festejo porque las madres no somos puras.
Pero con ello se cargaron la fiesta, los hijos lo festejábamos en familia y algún regalo que otro, ¡esto no era lo importante! Lo importante era reunirse al lado de mamá.
Seguí recorriendo el camino hasta llegar a la zapatería.
5-12-2011. Joaquina campón.
Estoy en contra de los puentes tan largo.
La Despedida.
LA DESPEDIDA.
Como un pajarillo en su lecho de muerte, desvalido y sin fuerzas.
Su vida llegaba a su fin, sus ojos miraban a sus hijas que rodeaban su cama,
¿Qué estaría pensando? Su respiración se percibía cada vez más lenta, se agarraba a nuestras manos apretando cada momento, des-pidiéndose de nosotras.
Su vida fue muy dura en su niñez.
Su matrimonio corto, pero feliz.
Y después vivió a tope trabajando para sus hijas.
Su ilusión fue su casa, casa a la que estaba apegada hasta la médula. Hecha por su esposo y la conservo en buen estado hasta sus último días,
Lo triste era haberla tenido que dejar por su avanzada edad.
Esto fue una de las cosas que más pena le causó en sus últimos años, su tristeza se apoderó de ella y no la dejo levantar cabeza.
Con esto rompió toda la ilusión que puso en el camino. Si a la hora de dejar el suelo y cortar los brazos que te unen en la tierra, cogieras el tronco y atase todo lo que ha salido de él tus ilusiones, tu casa, tus recuerdos todo lo que has acuñado en tantos años de lucha.
Pero llegando ese momento te vas como viniste, solo con tu cuerpo.
11-2-2012, Joaquina. Campón.
viernes, 9 de marzo de 2012
Carta a Juan.
En Cáceres a 7 -4- 2012.
Apreciable amigo Juan, sé que estarás preocupado por lo de Ambrosia.
La encontré en el hospital de Coria, estaba rodeada de todos sus hijos, una gran mujer, su resolución fue, darme el dinero suficiente para comprarles un ramo de flores a los padres de Carmen, estos se pondrían muy contentos, al saber que a Ambrosia le han saldado su deuda.
Pidió a sus hijos les hicieran una visita al cementerio, los hijos se lo prometieron a Ambrosia.
Me llamaran cuando vengan a la ciudad.
Un fuerte abrazo de esta que no la olvidara.
7- 4 – 2012. Joaquina Campón.
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