viernes, 18 de diciembre de 2020
Historias de Cornejo, La boda
A primero del mes de marzo del año en curso, recibe una invitación de boda.
Va preparando el atuendo, ropas, zapatos, y los complementos de vestir.
El catorce del mismo mes, llega el fatídico día del confinamiento. Todo suspendido y los bártulos, al armario.
A mediados de octubre, se le ha presentado un evento, y, ¡por fin! va a poder lucir dichas prendas.
Su mayor preocupación eran los zapatos. Manos a la obra, medias finas y empieza el momento tan esperado.
Con ayuda de un calzador consigue entrar los pies en los zapatos nuevos.
Se incorpora y comprueba que pesan, como una placa de cemento que a duras penas puede mover.
Con trabajo atraviesa el pasillo, da la vuelta para volver a buscar las zapatillas.
Al llegar se sienta en el suelo para aliviar el dolor.
Quitadas las prensas intenta masajear los pies, y en ese momento oye un grito.
─ Que dice, ─ ¿quieta, no me toques?
Miraba con asombro los doloridos pies y oye al meñique decir.
─ ¿Oyes, grandullón, no pongas tus manazas encima de mis dedos?
No sabía si salir corriendo o seguir mirando esas diminutas caras que arrastrando sus quejas estaría semanas.
Joaquina Campón.
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