jueves, 26 de marzo de 2020

María



Catorce años han pasado desde el triste día de tu marcha. Hoy por circunstancias distintas he contemplado esa habitación. Sigue intacta, y ha vuelto a retornar y contemplar ese lecho. El tiempo que pasaste  entre esas cuatro paredes.
Ellas rezuman tu respiración que entre cortadas salían de tus labios. Y lo más bellos que decías, era preocuparte de los que aquí quedabas. ¡Cómo es la vida! Nosotros preocupados por ti y tus ansias de vida solo pensabas en los niños.
¡Si los vieras ahora! Qué orgullosa estarías, subiendo de talla, y en sus estudios, ¡Ya, sé que disfrutas desde ahí, que los estás viendo!
¡Seca esas lágrimas! Vive saboreando esa mies que te llega, a través de la sabia familiar.
La habitación conserva el olor de tu perfume y la sonrisa voltea las paredes jugando entre el pensamiento de los que aquí quedamos.
El aire fruye silencioso y deja una cortina de ideas que nucas se desvanece.
Un fuerte abrazo María.   


Buenas tardes familia.  

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