lunes, 10 de febrero de 2020

Escritura Creativa






El primer día la Profesora sale de su espejo encantado, con un cuaderno en una mano, en la otra, un bolígrafo.
Alargando estas, dice.

─ ¿Toma, escribe algo?
─ ¿Qué pongo?
─ ¿lo que se te ocurra?

Así de pronto sin preparar nada, no sabía qué hacer.

Hecho el escrito los guarda en el cajón para desempolva.  
Pasado el tiempo coge el escrito, lo mira y lo contempla como si se tratase de un ramo de flores, ¡Qué eso es lo que ella ve! Quitando las flores secas, colocando en su lugar otras fresca y bellas.
Termina como si se tratase de un mosaico para la contemplación de los sentidos y el disfrute del que lo lee.

Al llegar a este punto, observo que tiene verdadero horror a ello. Ella quiere que lo que pueda aporta cualquier persona no se lo lleve a la tumba.

             Gracias Cora por tú paciencia y ayudarme a remar  en la barca de la escritura.


Muchas gracias.


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