Nunca sabremos la
importancia de este humilde billete, allá por los años 70 y 80. Solo las
personas que lo tuvimos en nuestras manos sabíamos su verdadero valor. Cuantas
veces le dábamos de sí, una y otra vez; ¡el billete seguía igual de pequeño! El
no cambiaba de tamaño, éramos las amas de casa las que estirábamos hasta llegar
a final de mes.
Recuerdo a mi vecina cuando
salía de compra, Teófila, siempre antes de ir a la compra se pasaba por casa a
tomar una copa de anís. Ella se quejaba y daba vueltas para no cambiarlo.
Decía; -Mira Paca, lo malo de ir al mercado con el trozo de papel, es que nunca
compras lo necesario y ¡cómo te descuides, vienes sin él!
Hoy se quejan del poco
dinero que se tiene para vivir; si ellos supieran lo que es no tener ni para comprar
una botella de aceite y; creo que costaba unas 18 pesetas el litro, y ni para eso
había.
Nos las teníamos que ingeniar
comprando manteca de cerdo y derretida teníamos para preparar las comidas.
Tantos sacrificios jamás reconocidos
por la sociedad, ¡porque encima!, muchos de estos trabajos se tenían que ocultar.
Hoy gracias al nivel de vida
ha cambiado y, aún así, muchos no tienen nunca una perra; solo hay para caprichos.
Nosotros vivimos nuestra época
ellos que vivan la suya.
Buenas tardes amigos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario