En ese
momento, se levantó Asunción, marchó a la cocina, trayendo el pan en un cesto,
que soltó en la mesa con desprecio. Juana, le llamó la atención, ¡Cómo quieres que esté delante de estos! Alejandro se levantó muy aireado, ¿Qué quieres
decir?
Sabes
lo que pensamos.
Vosotros
vivís como grandes señores, como lo que sois y de nosotras… ¡Qué! Tono alto. ¡Te acuerdas! CUANDO ERAS
PEQUEÑO ¡QUÉ PRONTO TE HAS OLVIDADO! SIEMPRE ESTUVE A TU LADO. MADRE, CON LA
TAREAS DEL CORTIJO NO PODÍA ATENDERTE, Y CON TUS CONTINUAS TRAVESURAS. MUCHAS
VECES ESTABA SUBIDO EN EL ÁRBOL FAVORITO _el olivo_ en el, cuantas veces
compartí mi merienda; tú estabas castigado. Muchas veces, porque nunca pensabas
en las consecuencias. Como la vez que del cortil olvidaste cerrar la puerta y
el potrillo echo a correr y su busca duró varios días. O el día que trajiste la
cesta de los huevos vacía, por que se te ocurrió matar peces como si los huevos
fueran piedras.
Estaría
contando toda la noche.
Sin
contar el tiempo que tuve que llevarte a la espalda para que no te mojases los
pies, cuando te llevaba al colegio. ¡Y mira! Este pago es lo que recibo.
Deje
mi juventud por ayudar en casa; mientras las mozas de mi edad se pasaban las
tardes en el granero con el novio.
Yo no
tuve tiempo pa mí, nunca supe lo que era un hombre.
Ahora
es tarde, estoy vieja y pobre, y a estos, no los quiere nadie.
¿Y tú Pablo? ¿Nunca viste a madre de llevar las
cestas de huevos a los maestros? ¿Y la carne de de los corderos en fiestas? ¡Y...,
no fiestas! Eso es lo que hemos estado haciendo ¡La familia! Esa familia que
olvidasteis, hace mucho tiempo.26-12- 2014 Joaqui.
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