jueves, 12 de junio de 2014

Qué triste es la vida

Qué triste es la vida
Ayer bajó la vecina del cuarto, sí, esa señora tan coqueta,  que lleva las uñas muy cuidada, y sus vestidos impecables. Siempre vestida de claro diciendo, que la oscuridad la deja para el más allá.
Ella que llora cada vez que se cruza con los chicos del barrio.
Carlota, cuando sale del ascensor, tiene que pensar que pié mueve primero. Las facultades de movimientos las dejo, como todos cortando trozos a lo largo de la vida.
Carlota, cuando baja a pasear a su perito, Siempre entra  en casa a saludar.
 Coste, es un Beagle. Esa raza  se adapta  muy bien a vivir en compañía. Es  cariñoso, busca en ella el calor y apoyo de su dueña. Ella sabe corresponder.
 Lo malo de esta raza es la tristeza de sus ojos, A Carlota le duele  su mirada, pero piensa en ella y entiende que los ojos no siempre  sonríen.

 Cuando sale a pasear, entra en casa y toma una cerveza o, un vaso de vino. ¡Que de ello entiende! Carlotas dicen que el café, es para los que no saben saborear un buen vino.
Cuando le ofreces una copa de vino, la mira, hace bailar el vino en el cristal, lo huele y bebe despacio.
 No le gusta picar nada, dice, que con ello se quita el sabor del buen vino.
Esta mañana estaba muy triste. Después de tomarse dos copas, empezó a soltar sus amarguras.
Contaba, que la pareja  de su hijo Samuel,  no lo quiere.
Se ha unido a él por intereses económicos. Samuel, va a cobrar una herencia de una tea mía, que lo cuidó de pequeño una temporada.
Carlota está convencida, que cuando Samuel cobre la herencia de tía Mariana, su compañera, se dará maña de coger el dinero y desaparecerá  de su vida,  dejándolo  tirado.
Pobre Carlota.  
10-06-2014      Joaquina.

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