Qué triste es la vida
Ayer bajó la vecina del cuarto, sí, esa señora tan coqueta, que lleva las uñas muy cuidada, y sus
vestidos impecables. Siempre vestida de claro diciendo, que la oscuridad la
deja para el más allá.
Ella que llora cada vez que se cruza con los chicos del barrio.
Carlota, cuando sale del ascensor, tiene que pensar que pié mueve
primero. Las facultades de movimientos las dejo, como todos cortando trozos a
lo largo de la vida.
Carlota, cuando baja a pasear a su perito, Siempre entra en casa a saludar.
Coste, es un Beagle. Esa
raza se adapta muy bien a vivir en compañía. Es cariñoso, busca en ella el calor y apoyo de su
dueña. Ella sabe corresponder.
Lo malo de esta raza es la
tristeza de sus ojos, A Carlota le duele su mirada, pero piensa en ella y entiende que
los ojos no siempre sonríen.
Cuando sale a pasear, entra en
casa y toma una cerveza o, un vaso de vino. ¡Que de ello entiende! Carlotas
dicen que el café, es para los que no saben saborear un buen vino.
Cuando le ofreces una copa de vino, la mira, hace bailar el vino en el
cristal, lo huele y bebe despacio.
No le gusta picar nada, dice, que
con ello se quita el sabor del buen vino.
Esta mañana estaba muy triste. Después de tomarse dos copas, empezó a
soltar sus amarguras.
Contaba, que la pareja de su hijo
Samuel, no lo quiere.
Se ha unido a él por intereses económicos. Samuel, va a cobrar una
herencia de una tea mía, que lo cuidó de pequeño una temporada.
Carlota está convencida, que cuando Samuel cobre la herencia de tía Mariana,
su compañera, se dará maña de coger el dinero y desaparecerá de su vida,
dejándolo tirado.
Pobre Carlota.
10-06-2014
Joaquina.
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