Camino de Malpartida
Hemos salido de Cáceres, Por la Ronda Norte.
Una de las obras con más acierto en esta ciudad.
A demás de descongestionar el tráfico del casco urbano.
Zona peatonal
y rodada.
Camino de Malpartida de Cáceres. Ya entrada en
dicha carretera. Dejamos las moles de
cemento atrás. Las últimas a la derecha Y pasando el puentes dejamos a la
izquierda la zona del Junquillo.
Desde ahí, se va divisando los llanos de
Cáceres. Campos despoblados de vegetación alta.
En ellos su atractivo son las cigüeñas, dueñas
del todo el espacio aéreo.
En la primera rotonda, se han colocado unos
postes para que aniden.
Ellas que son listas no han ocupado ninguno, los
ruidos y el tráfico les molestan, y han preferido acampar cerca del hotel.
Pasado este espacio cerca de allí, se encuentra
un hotel, reconstruido en uno de los caseríos, grandioso que se encontraban es
esa zona.
Los Dueños del hotel, le han ubicado gran
espacio para las cigüeñas. Poniendo unos
mástil y al final una plataforma que en ellas las cigüeña hacen sus nidos. Todos
están ocupados.
A sus
pies, un olivas con árboles de tronco viejo.
Estos olivos han sido podados y se le han
quedado brazos nuevos. Los olivos rodean los nidos. Como guardianes de estos.
Están arrodillados saludando y contemplando la zona de las cigüeñas.
Más
adelantes los Campos desnudos, zona donde anidas las avutardas. La naturaleza
que es caprichosa, cambia su imagen. Y nos empieza a mostrar el granito que
emerge de la tierra.
Este
demuestra al hombre en sus habilidades artísticas. Nos invitan a ver las
figuras que sale de la madre tierra.
Cada una diferente en tamaños y formas. A cada
cual más hermosas.
En la
parte del suelo, se encuentran trozos pequeños sujetando, grandes moles. Nos
ofrecen como niños, el logro de sostenerlas entre sus manos, para que las
veamos mejor, orgullosa de ganarnos con sus formas caprichosas.
Su color cambia según estén colocadas, pero en
ellas domina los recovecos en negros y verdoso.
Seguimos
el camino hasta llegar a los Barruecos. Allí culmina la cantera de granito.
En su espacio ya no sabes por dónde mirar. Cada
peña es más hermosa que la anterior. Rodeando la charca, solo dejan el espacio
suficiente para disfrutar.
Por las noches. Salen de la tierra.
Y bañándose
en la charca, pasan las veladas en el entorno natural que les ha dado la
madre naturaleza. Zona bella de los campos de Extremadura.
18-06- 2014- Joaqui.