lunes, 6 de enero de 2014

A Cal y canto



A Cal y canto
Esta mañana he hecho la última visita de este año. Al lugar donde no se desea ir nunca. Y por desgracia es donde terminamos tos- dos.
Las calles estaban muy sucias. La noche ha sido tormentosa y el viento se ha encargado de vaciar los floreros.
Con ello ha dejado al descubierto la suciedad y el abandono de las lápidas.
No estando  los ramos de flores la vista ahonda más en el nicho y se observan sellados y bien sellados.
He pensado; ¿qué fin tendrá?
Están a Cal y Canto, para que no puedan salir a reclamarnos nada de lo que le debemos. Cariño, cuidado, incluso dinero. Y de paso, echarnos en cara lo mal que nos portamos con ellos.
 ¿No creéis que sea eso?  
                                                06-01-2014,  joaqui

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