jueves, 16 de junio de 2022
ilusiones rotas
Ilusiones rotas para el Ayuntamiento
Salió un día radiante, el sol brilla por todo lo alto, visto el panorama Jacinto se anima y decide caminar por su ciudad.
Mientras se va preparando, va planeando lo que le gustaría hacer.
Primero iré a desayunar al mirador de la colina, desde allí disfrutaré la contemplación de la ciudad en el silencio de la mañana.
Seguido iré a darme unos baños a la playa. De allí a media mañana, tomará unas sardinas y cervezas frías en una terraza en uno de los chiringuitos a pie de playa.
La comida la reservo para la casa del señor Jenaro; Qué tiene el mejor restaurante en la Plaza Mayor, y es un especialista en cordero al horno y sus famosas patatas panaderas.
De entrantes; unos ibéricos de la tierra y regado con un buen vino de su cosecha, de postre, ¡Ya! Veré.
Se pone en camino y baja la escalera de dos en don, y hasta su olfato va percibiendo el aroma de los alimentos.
Al bajar la escalera echa mano a la llave para abrir la puerta, busca y rebusca en los bolsillos, y la llave, no aparece.
Sube al piso a ver si las ha dejado puestas en la cerradura del piso, ¡Y, nada! Echa mano al móvil y tampoco está en su poder.
Desesperado se sienta en la escalera apoyando las manos sobre su cabeza lamentando la situación. La hora temprana no requería llamar algún vecino.
Sentado espera que alguno aparezca.
Espera pacientemente y se queda dormido.
Ha perdido la noción del tiempo y le sorprende una voz que le llama.
---¿Señor, se encuentra Ud. Bien?
Se despierta sobre saltado y le pregunta.
---¿Qué hora es?
---Son las tres de la tarde.
Vaya se a la mierda, ¡cómo van a ser las tres de la tarde!
Lo que Ud. Diga, pero es esa hora.
---¡Quién le da velas en este entierro, siga con sus malditas cartas y déjeme en paz!
El cartero da media vuelta y se marcha.
Jacinto se levanta y lo llama diciendo.
---Perdone, favor, puede por llamar a un cerrajero.
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