viernes, 21 de diciembre de 2018

Amanece





Qué bonito es ver la luz cada mañana con ella te olvidas del insomnio de la noche. Al abrir los ojos; ¡piensas! ¿Qué pasará hoy? Siempre esperando que todo encaje en los deseos de tú mente. Al salir a la calle el personal anda de un lado para otro sin mirar con quien se cruza, la mayoría mira su móvil hablando con alguien al otro lado del teléfono, y si pasa cerca miras a ver si esa conversación es contigo; lejos de la realidad.

El paseo es corto, en estas fechas de tanto bombo comercial estropean la verdadera Navidad. Sigo mi camino, acostumbro a coger el autobús. El centro de la ciudad está lejos cada día me cuesta subir a él.
Entrando en el autobús las conversaciones son nulas, jóvenes y mayores están enganchadas al móvil, solo te queda mirar por la ventana y comprobar que  siempre es lo mismo los mismos lugares que ayer.

Hoy me he bajado en Cánovas parque céntrico y muy concurrido. Allí se encuentran unos bares con grandes terrazas para compartir con amigos y, sola, no me apetecía. Estas fechas de desánimos tomando un café sin poder hablar y contarle las penas oh, alegrías a alguien el café no sabe bien. Me he sentado en un banco cerca de una de las fuentes esa que; por suerte llevan toda la vida y, ¡esperemos que a nadie se le ocurra quitarlas!
 Hacía frío seguí mi camino hasta llegar a la estatua Gabriel Y Galán, allí he contemplado y recordado el poema del embargo; otro recuerdo de mi padre, ¡cuántas veces lo recitó! Era su favorito. Cada vez que lo decía se metía en el personaje como si de él se tratase. Sus ademanes y representación donde estaban los aperos en la mencionada habitación. Cuando llegaba a la cama se agarraba al respaldo de una silla sujetando con fuerzas para que no se la llevasen. Mamá le decía, ¡anda, luego sigues que te llama un cliente.
Papá le miraba y serio se marchaba al mostrador.
Mamá le terminaba de quitar la magia qué él sentía.
  

 Esto es la Navidad los recuerdos de esos seres que viviendo tantos años a nuestro lado jamás se irán.
Un fuerte abrazo para ellos.

Buenas tardes amigos.     

viernes, 7 de diciembre de 2018

Las Navidades



Días tristes para los que han dejado sillas vacías cerca de nosotros, por mucho que nos empeñemos en olvidar ellos están sentados y presentes. Hay momentos que se escapa una frase suya y, en ese instante se mira la silla y le hablas igual que si estuviese cogiendo la copa de vino y le dices. ¡Bebe y no te preocupes, a ti no te va hacer daño!
Los demás nos miramos y comprendemos esas palabras que salen del corazón. ¡Mira como son las cosas! Si estamos en familia no pasa nada, pero cuídate de que estés en algún sitio público, los demás te miran y  es cuando las criticas salen a borbotones y esa sonrisitas tan odiosas que salen de esos labios ignorantes sin saber el contenido de querer compartir en el pensamiento lo que no se puede en la realidad.

Un fuerte abrazo para todas las sillas vacías; que ya son muchas.
Buenas tarde amigos.

Las navidades




Días tristes para los que han dejado sillas vacías cerca de nosotros, por mucho que nos empeñemos en olvidar ellos están sentados y presentes. Hay momentos que se escapa una frase suya y, en ese instante se mira la silla y le hablas igual que si estuviese cogiendo la copa de vino y le dices. ¡Bebe y no te preocupes, a ti no te va hacer daño!
Los demás nos miramos y entendemos esas palabras que salen del corazón. ¡Mira como son las cosas! Si estamos en familia no pasa nada, pero cuida de que estés en algún sitio público, los demás te miran y  es cuando las criticas salen a borbotones y esa sonrisas tan odiosas que salen de esos labios ignorantes sin saber el contenido de querer compartir en el pensamiento lo que no se puede en la realidad.

Un fuerte abrazo para todas las sillas vacías; que ya son muchas.
Buenas tarde amigo