jueves, 22 de diciembre de 2016

Recuerdos del pasado 27



 

Los días, y los años pasaban,  toda la familia alrededor de Juan y Antonia. Ellos eran los protagonistas de la gran familia.
El día que Miguel y Costa entraron en casa, el cambio se fue notando. Mamá se marchaba al bar con la tranquilidad de dejar a sus hijas en buenas manos.
Costa era muy trabajadora y las tareas de la casa, eran lo suyo.
Los niños le gustaban menos, pero nosotras, las mayores, ayudábamos. “Mayores con nueve y ocho años.
Por entonces, los niños teníamos asumido que ayudar en las tareas de la casa, era lo más normal. Atender a tus hermanos pequeños, y cuidar de ellos hasta la llegada de tus padres.
Ese día, Costa estaba pendiente del número 27. Allí se oían voces y gritos, y ella no se atrevía a dejar sola a las niñas.
 Nos arreglo pronto y mando a las mayores que tuviésemos cuidado, sobre todo cuando pasáramos por la puerta de la señora María.
Costa, vigiló nuestra marcha.
 Cuando nos perdió de vista, dio la vuelta y enseguida entró en casa de María.
Estaban todo  llorando y preocupados. Costa preguntó, ¿Qué pasa? María, contestó, Pura, está dando a luz y se encuentra muy mal, dice el médico que el niño no vivirá.
Se empezaron a escuchar unos golpes en la calle, Basilio, mandó a uno de los hijos a ver qué pasaba.  Bruno entro descompuesto, y dijo a su padre, hay unos señores que se están llevando los muebles que tenemos en la calle. Basilio, sé echó las manos a la cabeza y dijo. Han tardado en venir a por ellos, los acreedores quieren cobrar lo que debemos.
 No comentéis esto en alto, tú madre bastante tiene con la pérdida de su hijo.
¡Maldito paro!, las desgracias que origina.
                                        22-12-2016   Joaqui.

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