domingo, 8 de noviembre de 2015

Llueve



Llueve
Esta mañana he ido a dar un abrazo a mis padres, pero el Campo Santo estaba  vacío.
Allí al encuentro con ellos hemos charlado del más allá. Del tiempo que llevamos sin vernos, mamá lloraba y consolándola de dije, no te preocupes ya queda menos.
Las cortinas de agua no cesan, las calles parecen regatos.
Los nichos están como la patena, el agua ha limpiado hasta los ramos viejos y feos, los bonitos brillan por si solos.
¡Pero que les importa a nuestros antepasados como es el ramo¡, a ellos solo les gusta, vernos a su alrededor rezando y contando cómo está la familia.
Un fuerte abrazo a todos los que nos dejaron.
2-11-2015 Joaqui.  

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