Grandes días
Te acuerdas María, con que
ilusión estuvimos haciendo los bañadores de tela, en aquellos tiempos no había
dinero para ciertas prendas.
Los queríamos estrenar para
ir a pasar el día al Río Tajo, a su paso por Cáceres, cerca de la Perala.
Los bañadores de eran de tela
de Loneta fina color verde y azules.
Eran lisos con sus
correspondientes pinzas y unos volantes en el escote.
! Anda que no presumíamos¡ ya que en ese tiempo no
toda las jóvenes íbamos a la piscina.
Estuvimos varias semanas
hasta terminar dichas prendas.
El día señalado salió
fabuloso.
Nos llevó en el coche el señor Isidro, taxista
amigo de papá.
Llegamos a la Perala, Isidro
nos dejó, el río estaba cerca.
Allí existía un restaurante que servía comidas,
a los camioneros que pasaban por la carretera antigua de Salamanca.
Por una pequeña vereda nos
acercamos a la zona de baño.
Cargada con todos los bártulos
y comida suficientes para todo el día.
Había pescadores y no les
gustó nuestra presencia. Ellos decían que les espantemos los peces, pero nuestra
juventud no les hizo caso y fuimos a ver lo que pescaban.
Uno fue muy amable y nos
enseño los peces que llevaba en una cesta, enseñado las piezas conseguidas y diciendo
sus nombres.
Mirad, estos son los que llevo hoy.
Unos Lucios, algunos Barbos,
Bogas y Cangrejos Rojos, pero desde que habéis llegado vosotros, no ha picado
ni uno.
Estuvimos Casi todo el día
dentro del agua.
Llegó la noche y el taxis volvió
a por nosotros.
Pero el problema empezó
cuando tiempo después recodábamos en qué dirección venía el agua, mamá decía que
corría para la derecha, pero yo siempre dije que iba para el lado contrario.
A consecuencias de esto me
llevé varios pescozones, pero yo, nunca cambie mi versión.
Yo la vi de esa manera.
Pero lo mejor, fueron los
chapuzones que nos dimos.
10-7-2015 Joaqui.
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