martes, 31 de marzo de 2015

La armadura




LA
ARMADURA
La historia de cada ser humano es el reflejo a su paso por la vida.
Unos nos ponemos la armadura para ocultar nuestra verdadera vida, otros, para hacer daño al prójimo.
Hay muchas formas de camuflar la verdad.
En la vida corriente, suele ser por ignorancia, envidia, o maldad.
 Los últimos, saben que hacen mal, pero es más fácil echarle la culpa al otro.
Las críticas destructivas hacia personas sin argumentos probados, es una de las razones más comunes. Es más fácil echarle la culpa al vecino, que mirarse en el espejo y preguntar a uno mismo.
La armadura del ser humano suele estar bien adherido a la persona y con ello el sentir y traspasar la verdad; cuesta.
Le impide ver la realidad y si la ve; es más cómodo seguir dentro.
 La liberación no la quiere, es mejor seguir en ella, que salir y pedir perdón a todo el que le ha hecho daño.  
31-3-2015 Joaqui.

lunes, 30 de marzo de 2015

La paga



 El año 1964 trabajábamos en una fábrica de punto, de las pocas que tenía Cáceres, eran trabajos bonitos, en los mejores casos solos quedaba servir.
 ¡Que no es una deshonra!, pero este con sus problemas ¡Que también los había! Ocho horas trabajando y el bocadillo, nos lo comíamos en la mesa de trabajo, muerdo a muerdo, entre prenda y prenda.   
Cobrábamos 500 pts. A la semana, dinero que entregábamos a mamá íntegro, para la casa. 3 € de los de hoy, (año 2015),no podéis imaginar la alegría de poder llevar un sueldo a casa. En aquéllos entonces era un dineral para la casa y sobre todo para nosotras
Con veintidós años ni se nos pasaba por la cabeza coger ni una peseta, para nosotros, era sagrada el sueldo.
Nuestra misión era ayudar en la economía de la casa y muy contentas de tener un trabajo en esas época.  
30-3-2015 Joaqui.  

viernes, 27 de marzo de 2015

Siempre esperando



Siempre esperando
La noche ha sido larga, por más que intentaba dormir no ha sido posible.
Después de tomar un café y arreglar la casa, cogí el bolso y me marché a la calle. ¡No dudaba que era temprano! Pero en casa me estaba ahogando.
Dando un largo paseo por el parque, sentado en un banco encontré a Paolo, un viejecito que saca a pasear a su perrito. Un caniche de pelo blanco.
Le llama Templa, y en definitiva, el único amigo que le queda.
Paolo al verme llegar se levantó cediéndome el banco. Él está tan solo como yo y en ese banco muchos días encontramos el calor de un amigo.
Cada uno habla de con pasión de su familia. Esa familia que estaba a nuestro cuando eran pequeños. Han crecido y volado.
Siempre me cuenta lo mismo, no importa, el caso es estar acompañado por alguien. Cuenta donde trabajó tantos años para dar de comer a los suyos, cuanto ganaba y lo difícil que era llegar a final de mes.
No se arrepiente de lo vivido, sus hijos han salido adelantes gracias a sus sacrificios.
Hablamos de la indiferencia que hoy se tienen con los vecinos. Somos como animales que salen a pasear y si te encuentras alguno, en vez de preguntar pos tu salud, te ladran como a un animal, canteando la cara para que no le pidas un favor.
Huyen, ¡Y mira que nunca les pedimos nada!
Las horas pasan y me despido de Paolo. Paolo se levanta y saludando cortésmente dijo, hasta mañana, aquí la espero. Hasta mañana.
Rumbo a casa de mi hijo, atravesé el parque. Era verano y los jardines estaban recién regados. Su frescor y la humedad que salía de las plantas eran muy agradables.
Llegando a casa de mi hijo (Masi), llame al timbre, contestó. ¿Quién es? Soy yo. Abuela espera, que ahora salgo, voy a sacar a Pachi (su perro). Me senté en umbral.
De mis ojos brotaron lágrimas barriendo mis mejillas.
Nos fuimos a pasear al Pachi.
Yo no quería eso. En la calle no se encuentra el calor que iba buscando.
Otra vez será.
28-7-2014 Joaquina.

domingo, 22 de marzo de 2015

Sueños de mi hermana



Sueños  de mi Hermana
    Salió un día precioso, teníamos todo preparado para ir al campo a comer. Eso, sí, solo nosotras las hermanas con nuestras parejas.
     Quedamos en el campo de xxooy.  El día prometía para hacer régimen. Primeros platos, pinchos variados, Jamón, lomo, queso, panceta asada, rematado con pescado fritos.
     
 Las mujeres nos fuimos a dar un paseo, mientras los hombres se quedan haciendo la comida. Lo suyo era hacer una paella,-a ellos les sele muy buena-todo terminado cuando dio la hora de comer, cogimos la paella como si no hubiéramos comido nada y antes de empezar  pusimos en otra mesa los postres, Tocino de Cielo, Flan de Huevo, y una Tarta de Queso, con su correspondiente café, Entre risa y charlas iba pasando el día feliz y con buena armonía, en esto sonó el móvil de xxooy, cogiendo este y la escuchamos hablando con Papá, él le reñía porque Mamá le había contado que no le gustaba la Residencia de Mayores y que la sacáramos de allí, los de más atentos a lo que xxooy decía. Y cuando xxooy intentó a hablar se quedo sin batería, y por más que intentamos comunicarnos con él no hubo manera.
    
 En esto empezó un viento y cada vez iba a más, empezando a llover y los granizos haciendo acto de presencia, con la fuerza del viento los granizos caían cada vez con más fuerza, nos tuvimos que recoger sin poder quitar los postres. Llovió con tantas furias que solo pudimos estar mirando a través de las ventanas como se peleaban los granizos con los platos de los postres, hasta quedar los platos vacios.

Terminada la tormenta recogimos todo y nos marchamos a casa, sin antes acordar encontrarnos en el cementerio al día siguientes, para ponerles un ramo de flores a nuestros padres.
                      18-4-2012   Joaquina Campón.