miércoles, 7 de enero de 2015

La ciudad del silencio



La ciudad del silencio

Una ciudad no deseada. Las calles bastante anchas para su tránsito ¿Cómodas? ¡Regular!  Tienen demasiada pendiente.
Pero, se vive bien tranquilo. Los inquilinos son muy educados, y saben estar al lado de sus vecinos.
Ellos no molestan cuando entran a deshora en su vivienda, ni cuándo se van a la cama, y al quitarse los zapatos en la madrugada, no los tiran al suelo, para despertar al del piso de abajo, oh, a los bebes que duermen.
Ni protestan, si el de arriba no le gusta la siesta, y se pasa la tarde sentado en su puerta.

En una reunión nocturna ha acordado que en su interior no circulen los coches; solo se circulará cuando haya un vecino enfermo, eso sí, con todo el respeto para no molestar.
Hablar se habla bajo, y esto es de agradecer.
Les gustan mucho las flores, y no falta en sus puertas.
Por las noches salen a tomar el fresco, sus casa son pequeñas y dentro hace calor.
Cada uno se sienta cerca del portal, los escalones de la calle sirven de asientos.
Los más jóvenes pasean, pero no salen del recinto.
Hoy ha hecho una vecina los años, pero no quiere que la feliciten, porque no quiere cumplir más.
Como cambia el mundo, unos desean cumplir años, para vivir más tiempo y con ello poseer riquezas y bienes materiales, cuanto más mejor. Pero en la Ciudad Del Silencio, opinan todo lo contrario, no desean más que los dejen en paz, el recto les sobra.
Ellos no labran, son como los pájaros, las necesidades del alma las tienen cubiertas.
Allí no existe el odio, la envidia, el rencor, por eso viven en paz.
Vecino del 5º D, es muy gracioso, cada vez que sale a tomar el sol, y en su umbral ve las Flores dice; ¡Qué manía de traer flores, yo quiero un bocadillo de jamón!
Así pasan los días en la Ciudad Del Silencio.         
                        7-1-2015 Joaqui

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