miércoles, 26 de octubre de 2011

EL NUEVO DÍA.

EL NUEVO DÍA.
Siete y media de la mañana va clareando el nuevo día, los gallos con su quiri, qui quí, son los primeros en dar la señal, preparo un café, dos tostadas con aceite y tomate, las pastillas correspondientes, mi satisfacción es desayunar en el porche, sentada en la silla de la abuela, al lado de la mesa de madera.
Con el saliente al frente, la claridad del Sol cada vez es mayor.
El monte que tapa la luz poco puede hacer para detenerlo, el Sol arañando entra suave y se incorpora rápido, a él no le gusta estar al lado de la Tierra, lo suyo es estar en lo alto y desde allí divisar el resto de los astros.
Pero lo más sorprendente es lo rápido que se incorpora a las alturas, sale con su traje naranja, y en unos segundos lo cambia por el de plata, este ya no se puede contemplar por el ojo humano, con esto nos dice que en su espacio no entra ni nuestra mirada.
Cada vez brilla más y después de la subida del monte se aleja para volver el día siguiente.
Sigo con mi desayuno, el café está frio, pero ha merecido la pena verlo gatear por el monte.
9-9-2011. JOAQUINA CAMPÓN.

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