viernes, 15 de noviembre de 2019

Amarilla





Quedé con Blanca, una hermosa joven, el encuentro era en su casa, casa antigua en la parte más noble de la gran ciudad. Esperaba mi encuentro llegué puntual.
Saludando a sus padres nos sentamos en el sofá.
Un rato de charla conversando de música, libros y de la actualidad del mundo.
Se levanto y dándome la mano me dijo, ven, vamos a la sala pequeña allí hablaremos. La seguí recorriendo el amplio pasillo admirando los cuadros que allí colgaban.
Eran cuadros antiguos de artistas desconocido, Blanca dijo,
-son copias.
Entramos en una sala pequeña con ventanales altos y amplios. Dos sillones de color amarillos una vitrina y una mesa redonda cerca de los sillones. Las cortina no pude mirarlas la estancia era pequeña y la luz del día se estaba apagando.
En el centro de la mesa se encontraba  el florero que le regalé meses antes, florero blanco de cristal tallado. Al mirar las flores me estremecí, en el recipiente estaba un ramo de rosas amarillas, mi curiosidad era más fuerte que la prudencia y al acercarme puse mis dedos en los pétalos y la dureza del práctico acabo de confirmar el mal gusto de Blanca.
Salí de esa casa para no volver.

¡Mira por donde!, me entero que el color amarillo es el color que llevan algunos animales y de ellos debes de huir por qué ese animal lleva veneno y a veces, es mortal.

No había entendido nada, seguía mi mente empecinado en el color.
Una tarde visité un jardín público a las afuera de la ciudad, recorrí las calles contemplando flores de todos los colores, y por casualidad de la vida topé con un castu y en la rama saliente albergaba la flor más bella nunca vista.
Desde entonces admiro dicho color.
 
 Buenas tardes amigos.