miércoles, 29 de abril de 2015

A la Patronade los cacereños



A la patrona de los cacereños
Hoy he ido como tantas otras, a ver a la Virgen de la Montaña. Ella se desplaza cada año y baja a ver a sus fieles.
Un año más está entre sus hijos, el pueblo.
Las calles están en un constante ir y venir.
Qué alegría ir a su encuentro. Allí a sus pies, es cuando te quitas la máscara que nos ponemos de buenos.
A ella no le podemos esconder las veces que hemos hecho el mal a nuestros semejantes.
Nos derrumbamos en su presencia. Los recuerdos imborrables de nuestros actos del pasado.
En ese momento de amargura que tu corazón siente. La miras cara, a cara, momentos en los cuales le pides perdón por esos errores, eso que ya no puedes corregir. Pero que duelen como el día que se cometieron.
Con que claridad se ven las cosas del pasado, ¡a buenas horas!
La vida debiera de retroceder en el tiempo y así poder limpiar el pasado para poder caminar sin tanto lastre.
Me duele aquellos momentos que mis decisiones fueron tan erróneas.
¿Qué pensaba en esos momentos para hacer las cosas tan mal? Mi corazón sangra cuando estando a tus pies vuelven el pasado.
Contemplo el rostro de ella pidiendo compasión y ayuda, mi mente parada sin reaccionar como hoy lo haría.
Pena de no volver al pasado para poder caminar alegre mente.
23-4-2015 Joaqui.

domingo, 26 de abril de 2015

Qué es la vida





Qué es la vida
¿Por qué sabemos que estamos aquí? ¿Quién nos puso nombre a los habitantes de la tierra?  ¿Y para qué vivimos? Todo está confuso, dicen eso de; tener un hijo, plantar un árbol y escribir un libro.
Todo está muy bien.
El hijo para seguir la hilera de la población.
El árbol, para poblar la tierra.
El libro, ese el que queda la historia de lo vivido, de nosotros y de lo que nos rodea.
¡Pero, se pena tanto!
Cuando haces balance del tiempo en la tierra, ¿qué te queda?
Carencia de tantas cosa, comidas, ropas, felicidad.
A muchos humanos no les ha merecido nacer.
Llega la vejez y para cuatro perras que te dan.
En tiempos de crisis se está con la duda si cobrarás el próximo mes.
Después de haber trabajado tantos años.
Esto no es vida.
                          20-4-2015 Joaqui.   

jueves, 23 de abril de 2015

Amelía



Amelía
Amelía, esa chica que encuentras en todas partes. Cuando vas a la tienda, del barrio, al médico, ¡Por cierto!, esta mañana estaba en la sala de espera, como un paciente más, esperando le toque la hora.
Ella siempre con su chándal cris claro,    relleno- sus zapatillas de deporte color naranja, y pañuelo al cuello color azul.
Pelo corto limpio, un poco a merced del viento. La chica es feota, cara grande y ancha, ojos negros pequeños, manos grandes.
 Su bolso de color negro, no le va con el traje de deporte, pero Amelía, esto no le preocupa.
Tiene muchos amigos pues habla con todo el que pasa por su lado.
Se ha encontrado con una amiga y le ha llamado la atención.
Basilia, Basilia, ¡Cuánto tiempo sin verte! ¿Cómo estás? Bien, aquí a por unos medicamentos.
Amelía, cuánto tiempo llevo sin ver a Inmaculada, ¿Sabes algo de ella? ¡Calla, no te has enterado! ¡No! Pues mira la ha dejado Jacinto ¡Qué me dices, si Jacinto es un santo!
Sí, hace unos meses Jacinto ha llegado a casa antes de la hora acostumbrada y ha encontrado a Inma en la cama con el Juli, ¡El Juli! Sí, sí, el amigo de Jacinto. Jacinto no podía no podía creer lo que veían sus ojos.
Después de una larga discusión Jacinto salió de casa, con su corazón hecho pedazos.
Toda vía le llora en silencio, cuando nadie le ve, pero su decisión es firme. Una cosa es querer y otra ser el hazmerreir del pueblo.
Amelía se despide y se marcha al bar a tomarse una cerveza, y seguir buscando amigos para terminar la mañana.
5-3-2015- Joaqui.     

viernes, 17 de abril de 2015

El sillón



El sillón
Uno de los muebles inventados por el hombre.
Cuando lo cogemos; mejor dicho, cuando nos coge en sus regazos, abre sus alas orgulloso ser el más deseado de la casa.
Muchas veces pienso, debiera de doblarse y entrar lo en el bolso, igual que cualquier trasto de los que solemos llevar en él.
Así en el camino cansado de las caminatas diarias poder desplegarlo y descansar donde se necesite.
¿Cuántas cosas nos llevaríamos?

De vez en cuando protesta, ¡con razón! El sillón envejece, y se suele restaurar.

Hasta el perro, sale al comedor ¡Mira si es listo! Mientras estamos despiertos y el asiento está ocupado, vuelve a su habitáculo, pero cuando nos retiramos a la alcoba, su cama es el sillón de la abuela.

Cuando llega su vejez se cambia por uno nuevo, y en esos momentos es cuando te das cuenta que nunca llega al viejo sillón.

17-4-2015 Joaqui.

lunes, 13 de abril de 2015

Qué sabrán los demás



Qué sabrán los demás
Cuando la soledad entra en la vida de una persona.
Días, semanas, años, sin poder comunicar tus sentimientos a nadie. Ni una sonrisa, o una caricia.
Los de fuera; si encuentras algún amigo para compartir tu soledad. Eres criticado por todos. Y si buscas pareja, para eso, tener la compañía en los momentos difíciles.
Si es una mujer, ¡no habrá tenido bastante con su marido! Y si es hombre, solo busca refugio oh, alguien que lo limpia.
¡Qué equivocados estamos!
Lo que vale una sonrisa por la mañana y por la noche. Al amparo de su compañía.
En la enfermedad, el cuidado de una mano que te sirve un café, o una taza de leche, en ese momento que tu cuerpo no responde por ti.
Qué sabrán los demás para juzgarte.
9-4-2015 Joaqui.