martes, 20 de junio de 2017

La marcha




Las mañanas son mi debilidad.   
En ellas  se empieza a desarrollar lo bueno y malo del día. Hay que tener mucho tiento en empezarlo, pues un mal paso, te hará temblar en los momentos difíciles, y, llegado este, no hay vuelta.
Aquella mañana amaneció fría, mi marcha no tardaría en llegar. Mamá me mandaba al colegio, lejos de mis hermanos y de ellos. Siempre pensé que ella no me quería. Y según ella, era lo mejor que podía hacer por mí. Nunca entendí eso de lo mejor, y que era afortunada con mí nueva vida. No acepté ese alejamiento.
 Mamá con mí marcha se ahorraba la lucha diaria conmigo. Siempre dijo que era muy cabezota, eso era lo que yo  pensaba. Pero mamá, pensaba otra cosa.
 Llegando al colegio, las monjas me llevaron al dormitorio común donde pasaría gran parte de mi vida. Después de cenar, nos llevaron  a la habitación. Me asignaron  una cama, solo para mí. Yo venía de dormir con alguna de mis hermanas pequeñas. Esa tortura en la primera noche. Lo peor fue cuando al rato de estar acostadas se apagaron las luces de todas las de pendencias. La oscuridad no me dejó pegar ojo. Por la mañana, nos llamaron muy temprano.
La segunda noche una ráfaga de luz iluminó la sala. Me sentí aliviada. Ella entró en el cuarto y empezó hacerse la dueña. Caminaba sin parar saltando de cama en cama, y acariciándonos a su paso a todas nosotras.
La luna entraba de noche y al llegar la mañana se marchaba como había venido.
El crucifijo que colgado en la pared,  era el único que nos daba compañía.   
Esta noche la luna no ha hecho acto de presencia, la oscuridad de la sala era total. El miedo se apodera de mí. Estaba tan acostumbrada a sus caricias que faltando, el sueño  no aparece.
Una tarde al volver del paseo con las de más niñas, el crucifijo no estaba colgado en la pared. Le pregunté a Sor Gertrudis, ella no sabía nada. Me refugié en la capilla, y al lado derecho de está, el crucifijo se encontraba en su nuevo aposento.
Ahora, las noches serán lo peor  para mí, lejos de los míos.
 La luna paseará sola y echare de menos las caricias de sus manos.
                               20-6-2017    Joaqui.

No hay comentarios:

Publicar un comentario