viernes, 16 de junio de 2017

El árbol y sus frutos






Mirando el hermoso árbol desde lo alto del montículo. Las ramas se movían y el sonido era reírse del mundo. Él guardaba los frutos protegiéndolos en sus ramas lo más lejos de las garras de los hombres.
No tenía piedad de los que tantas horas echamos para admirar su belleza.
Me recuerda a los espejos. Te miras cada mañana, intentando encontrar algo nuevo, pero, no, él te dice lo mismo, anda, deja eso, el espejo no te va a dar lo que buscas. Par eso hay que volver a nacer. ¡Ah! Y nacer con suerte, y la suerte la tienes lejos, muy lejos.
                         16-6- 2017  Joaqui.

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